RUTA 66 / Denver

AutorDiego Beas

Por increíble que parezca, la Convención Demócrata esta semana y la Republicana la próxima marcan apenas el comienzo oficial de las campañas presidenciales. Lo acontecido hasta ahora ha sido sólo un calentamiento, un testeo de estrategias, mensajes, discursos, una puesta a punto de la maquinaria partidista.

¿Cómo llegan los demócratas a su cita en Denver? En su inesperado discurso del lunes por la noche, Edward Kennedy, en tratamiento por un tumor cerebral, decía claramente emocionado: "nada, nada me alejaría de este reunión tan especial...si calibramos nuestra brújula llegaremos a nuestro destino, no sólo por el triunfo de nuestro partido, sino porque renovaremos el país".

Sus palabras intuyen una parte de la respuesta. El partido está esperanzado, consciente de lo que está en juego, sabedor de que la Casa Blanca está a su alcance y de que se presenta con un candidato que podría marcar el comienzo de un giro político de gran calado.

Sin embargo, con este sentimiento convive otro: uno que mezcla ambivalencia, ansiedad, incluso incertidumbre. Si la historia sirve como referente, el contexto político actual apuntaría hacia un escenario favorable para los demócratas en todos los frentes: Bush es ya el Presidente más impopular de la historia, ocho años de gobierno republicano han desgastado intelectualmente al partido y han provocado una crisis generacional -qué mejor evidencia que su candidato: el de mayor edad que se presenta al cargo-.

Pero hasta ahora -y previsiblemente hasta su conclusión- la elección de 2008 ha eludido prácticamente todos los baremos históricos mediante los cuales se puede medir y comparar una contienda.

Sí, en parte se debe a la singularidad del candidato que presentan los demócratas; pero también es consecuencia -y esto se olvida con facilidad- del dominio político (en el sentido de las políticas públicas -'policies'-) que han ejercido los republicanos a lo largo de las últimas décadas. Parece que ese dominio llega a su fin, pero, mientras sucede -podría llevar años y sólo se reconocerá ex post facto-, la postura asertiva continúa siendo la republicana.

Denver será importante para saber el estado de las cosas en tres frentes fundamentales.

  1. Hillary Clinton y el engranaje del partido. Los demócratas celebran su convención después de sostener el proceso de elecciones primarias más competitivo en la historia electoral estadounidense. Queda por comprobarse cuál es el estado interno del partido y cómo cicatrizó la rivalidad...

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