Extraña ruletero jarocho su tierra y sus paisanos

Desde hace 10 años, Nicolás Hernández dejó su pueblo, Tierra Blanca, Veracruz para probar suerte laboralmente en el Distrito Federal.

Aunque sabe que la diferencia entre ambos lugares es enorme, Hernández ve con optimismo el reto que tiene frente a él, sobre todo, pensando en su esposa Miriam y sus hijos Luis Alberto y Jairo.

"Veracruz es una preciosidad, extraño mucho la gente y la comida, en cambio aquí es un monstruo negro en el que te tienes que cuidar de todos.

"Mi objetivo es muy grande: que mis hijos tengan una carrera, por eso estoy sufriendo aquí en la capital y no estoy en Veracruz", explica el chafirete de 31 años de edad.

El veracruzano con seis meses de experiencia en el oficio, inicia sus jornadas laborales con vibra positiva, ya que está consiente de que la delincuencia está en todos lados, aunque considera que su oficio es benévolo, porque consigue dinero rápido, por lo menos para las tortillas.

El padre de familia reconoció que los taxistas tienen muy mala fama, que muchos se han ganado a pulso por el trato...

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