Rafael Ruiz Harrell / Tristezas capitalinas

AutorRafael Ruiz Harrell

Si pudiera creerse en las cifras oficiales, se diría que en cuanto al crimen todo está bien porque el gobierno del DF celebrará este año la cuarta y consecutiva reducción anual de la delincuencia en la ciudad. Los 178 mil 90 delitos registrados en 2002 han disminuido en 16.6 por ciento para detenerse en 148 mil 560 este año -según se obtiene de las cifras de enero a mediados de octubre.

Por desgracia, la información que no tiene origen en fuentes oficiales suspende el jolgorio. Una investigación efectuada en dieciséis zonas urbanas por el Instituto de Estudios sobre la Inseguridad, ICESI, ofrece otro panorama. Tres ciudades -Cuernavaca, Culiacán y Guadalajara-, revelaron descensos significativos en su delincuencia -fuera denunciada o no-, pero "en el caso del Distrito Federal puede probarse, con un 97.5 por ciento de confianza" que en esos años "la delincuencia entre las personas de 18 años o más subió al menos 22.4 por ciento. Esto último implica que los adultos que habitan en la capital sufrieron, en números redondos, cuando menos 6 mil 200 delitos más por cada cien mil personas". Puesto en números brutos: según los adultos que viven en el DF, hubo un aumento de cuando menos 400 mil delitos de 2004 a 2005.

Sólo cuatro centros urbanos -de los dieciséis estudiados por el ICESI-, registran oficialmente tasas delictivas inferiores a las del Distrito Federal. La encuesta descubre, en cambio, que nuestra capital es la zona urbana más duramente afectada por el crimen: con 23 mil 18 delitos cometidos por cada cien mil habitantes, supera sobradamente a Mexicali (15,081), la zona conurbada del Estado de México (14,066), Tijuana (13,272) y Acapulco (13,214).

La divergencia es tan grande que cabe preguntar qué hechizo o mágico borrador han venido usando las autoridades del DF para lograr que sus estadísticas desciendan cuando la realidad declarada por las propias víctimas del crimen apunta a lo contrario. ¿Cómo es posible que el Procurador capitalino presuma un descenso de 8 mil 500 delitos de 2004 a 2005 cuando la población dice haber sufrido cuando menos 400 mil más? ¿Por qué el ICESI cuenta 2 millones 22 mil 500 crímenes en 2005 y las autoridades sólo declaran 154 mil, lo que representa uno de cada trece?

El propio estudio del ICESI ilumina los escalones centrales de la respuesta. El primero, monumental, es que la gente que ha sido tocada por el crimen prefiere no ir a denunciarlo. ¿Pena, desconfianza, temor, pereza, la certidumbre de que es...

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