Ruidos de la Calle/ Los Homies y La Vida Loca

AutorPacho

Mi cuate llegó al restaurante entusiasmado por lo que había conseguido: ¡una colección completa de los atesorados Homies! Le rogué que me los mostrara, nos sentamos y de una bolsa de plástico sacó seis figuritas que puso sobre la mesa. Sí, ahí estaba Droopy, Smiley, Sapo, Mr. Raza, Big Loco y Eight Ball, esos personajes de dos centímetros de altura muy conocidos en los barrios mexicanos de Los Angeles, California. Cenábamos en un restaurante de Hollywood Hills, es decir, no estábamos en ningún barrio hispano, pero cuando la mesera se acercó descubrió los muñequitos y gritó conmovida "Hey, the Homies!", llamó a otra de sus compañeras y se pasmaron de admiración, muertas de risa.

Por lo regular los anglosajones conocen poco de la imaginería de sus compatriotas hispanos y, si algo saben, muchas veces es a través de los clichés que difunden los medios masivos de comunicación, fomentando el pánico moral de los ignorantes telespectadores contra las minorías raciales. Pero algo extraño pasó con los Homies, ahora no sólo gozaban de una fama desproporcionada para su diminuto tamaño sino que, al menos en el caso de las meseras, se trataba de una celebridad positiva.

Todo comenzó cuando los Homies brincaron de una historieta cómica y comenzaron a venderse dentro de las maquinitas de chicles que existen en casi todos los supermercados norteamericanos, hasta que la policía consideró que su aspecto glamorizaba la cultura de la violencia y "la vida loca" de las pandillas.

¡Unos muñequitos de plástico víctimas de una "razzia"! Imaginemos a la poderosa policía angelina escandalizada por los Homies como si fueran pandilleros armados dispuestos a hacer estallar algún edificio en Oklahoma. Por lo visto La Vida Loca no es sólo el movimiento de caderas del celebrado Ricky. Ahora también aludía peyorativamente a la facha de muchos chavillos de los barrios hispanos alrededor de los Estados Unidos ataviados con pantalones bombachos (baggies), camisetas blancas y bandanas (paliacates). En fin, el caso es que los Homies comenzaron a salir en los noticieros y se convirtieron en el centro de una controversia no exenta de anglocentrismo.

Los Homies surgieron en una tira cómica publicada en los 70 en la revista chicana Lowrider, bajo la autoría del artista gráfico David González, graduado en la San José State University. Para David no hay nada ofensivo en sus pequeñas obras, simplemente representan a caracteres que por décadas han existido en la comunidad hispana. "La...

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