Rreventa libre

AutorCANCHA / Staff

Cuento sin fin. En en el partido entre las Chivas y el Cruz Azul, el domingo, al menos 52 revendedores, incluidos menores de edad y mujeres, vendieron entradas de manera ilícita, con libertad y complacencia de las autoridades a las afueras del Estadio Omnilife.

En el contorno del inmueble rojiblanco se observaron a algunos inspectores del Ayuntamiento de Zapopan y, en imágenes en posesión de CANCHA, se les puede ver cómo decomisan boletos, sin pasar de 10, aunque luego no remiten a los revendedores a las autoridades.

De la Policía de Zapopan, un par de gendarmes en motocicleta tampoco detuvieron a un par de revendedores a quienes habían sorprendido acomodando entradas al triple de su precio original.

Bastó un breve diálogo con un líder de los trabajadores informales para que no hubiese detención. Tras el partido no se reportaron detenidos.

Después de las 14:00 horas, los elementos de Iron Tigers, compañía de seguridad privada, fueron los que estuvieron un poco más pendientes de que los revendedores no trabajaran con entera libertad.

Dichos empleados sólo les pedían a los trabajadores informales que no estuvieran en la explanada principal y que a partir del área del estacionamiento podían hacer lo que quisieran. Tampoco los remitieron a las autoridades.

Los revendedores ofertaron los boletos hasta por el triple del precio original de las taquillas. Por ejemplo, la entrada de 70 pesos era ofertada en 200 pesos y conforme acercaba la hora del partido el costo se incrementaba.

Tres días antes del juego se agotaron las entradas en la zona superior del inmueble y el mismo día los taquilleros informaron que sólo estaban en venta las entradas con costo de 350, 370 y 580 pesos.

El grupo de revendedores está organizado, pues mientras unos ofertan las entradas desde que los aficionados descienden de sus vehículos hasta la explanada, otros vigilan el área para advertir de la presencia de las autoridades.

En el estacionamiento tienen vehículos en los que guardan la mayoría de las entradas y las van sacando poco a poco. En caso de que un aficionado solicite una entrada y en el momento el vendedor no traiga una consigo, hay encargados de ir por la mercancía.

Entre el grupo que ofertó boletos el domingo estaba un individuo que fue ubicado por CANCHA en abril como revendedor, luego de que salió del Atlas Colomos con un fajo de boletos.

La directiva rojinegra comentó que una empresa privada había comprado las entradas y que el tema iban a ser manejado...

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