Muestra Royal Ballet belleza y precisión

AutorDora Luz Haw

Presenciar una función del Royal Ballet de Londres no es sólo disfrutar de un show; es la oportunidad de tener una experiencia de vida que cambiará por completo su perspectiva sobre este arte.

Si ha visto antes al Kirov o al Bolshoi, encontrará que comparte con ellos fundamentos esenciales como la pulcritud, la excelencia y la genialidad; sin embargo, su propuesta escénica es algo totalmente distinto.

La diferencia, que fue posible admirar el jueves por la noche en el Auditorio Nacional, estriba en esa capacidad dramática tan vigorosa que pocas veces es posible ver en la escena del ballet.

Pocos fueron los que aprovecharon la primera función de esta agrupación británica fundada en 1931, auspiciada por el patronato de la Reina Isabel II y presidida por Carlos Príncipe de Gales, pues más de la mitad de las cinco mil butacas dispuestas para el espectáculo se encontraban vacías.

Entre los afortunados que pudieron gozar de esta experiencia se encontraban Margarita Zavala, esposa del Presidente Felipe Calderón, acompañada de Sergio Vela, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Los organizadores calcularon una asistencia de 3 mil personas e informan que aún no se agotan los boletos para las cuatro funciones que restan.

La compañía presentó La Bella Durmiente según la coreografía original de Marius Petipa, enriquecida por secuencias de los coreógrafos Frederick Ashton, Anthony Dowel y Christopher Wheeldon.

La producción, indica el crítico de danza Gustavo Emilio Rosales, demuestra en cada detalle una inteligencia dramatúrgica.

"Sin dejar de ver el canon del ballet, es evidente un contenido dramático, personajes bien definidos y situaciones claras. Más allá de la coreografía, es toda una propuesta teatral", señala.

Aunado al virtuosismo de los intérpretes, como los primeros bailarines Roberta Márquez y Johan Kobborg, destacó la belleza y exquisitez del vestuario y la escenografía.

"Sobresalieron los decorados, la iluminación y el diseño generoso del vestuario, que no son meros accesorios, sino parte fundamental de la metáfora", aclara Rosales.

La musicalidad de los bailarines en ningún momento fue afectada por la opacidad de la Orquesta Sinfónica de...

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