Rosaura Barahona / Vieja historia

AutorRosaura Barahona

Dos de mis sobrinos y una sobrina nieta estudiaron Medicina. Por ellos y por amigos profesionales del mismo campo estoy al tanto de muchas de las cosas buenas y de las absurdas que suceden dentro de ese ámbito.

México tiene excelentes doctores, aunque en eso estamos igual que con la riqueza: una y otros están mal distribuidos. En muchas ciudades que están creciendo faltan médicos y especialistas.

Pocos doctores jóvenes que se topan con una competencia feroz en las grandes ciudades buscan nuevas oportunidades en otras ciudades con las cuales ellos podrían crecer.

Monterrey tiene desde grandes hospitales hasta las temibles clínicas patito, pasando por centros médicos particulares de calidades diversas.

Aquí, la gran diferencia entre la medicina privada y la pública es como nuestra educación. La primera es costosa, tiene muchos recursos y la mayoría de sus profesionales se actualizan. La segunda tiene asignados muchos recursos, pero éstos se quedan en los bolsillos de quién sabe quién y lo que tenemos da lástima. En ambas se forman mafias, como en cualquier profesión.

Yo viví en la Colonia Roma, a dos cuadras del entonces flamante Hospital Infantil, cuyas instalaciones aunque pequeñas eran admirables. Su servicio no podía ser mejor.

Su desgracia fue estar en México, en donde se presumen las cosas al estrenarlas y se dejan deteriorar porque no se les asignan recursos para mantenimiento ni mejoras. El hospital terminó abandonado y hecho un desastre.

La última vez que fui a donar sangre, cuando la enfermera abrió un cajón en busca de una jeringa, sólo encontró telarañas.

El Hospital Metropolitano ofrece entre sus servicios traumatología, pediatría, ginecología, laboratorios, rayos X, cirugía general y atiende a pacientes del Seguro Popular.

En ese hospital han estado como residentes amigos que han vivido cosas preocupantes. A uno le tocó ver (hace años) cuando llegó un camión cargado de sábanas, fundas, toallas, jabones y material de aseo. Se hizo una fila de doctores, residentes, enfermeras y personal administrativo y cada quien cargó con un paquete.

No lo dudo porque me ha tocado ir a algunos hospitales del IMSS o ISSSTE en donde se pide a los familiares de los pacientes ropa de cama, toallas e, incluso, medicina "si quiere inyectarlo hoy porque hay desabasto y debemos...

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