Rosaura Barahona / Otra vez San Pedro

AutorRosaura Barahona

San Pedro Garza García es, a la vez, un municipio y una forma de vida. Ahí habitan, como en cualquier municipio de este bello País, personas de diversas clases sociales, orígenes geográficos, religiones e ideologías.

Y abro un paréntesis a partir de ese último concepto, dedicado al grupo de los Padres de Familia que se oponen a todo lo que no sean sus propias ideas.

Lo abro porque acaban de repetir que se deben prohibir los matrimonios igualitarios porque tienen "ideología".

¿No habrá algún amigo inteligente que les explique ya no con un libro de sociología en la mano, sino con un buen diccionario, que todos tenemos ideología? Los musulmanes, los judíos, los católicos, los mormones, los comunistas, los socialistas, los fascistas, los nacionalistas y todos los "istas" que usted guste (fashionistas y consumistas incluidos).

Así que acusar a alguien por tener una ideología y tratar de condenarlo por ello es, para decirlo con suavidad, una reverenda estupidez.

No sé por qué las ideologías de los Legionarios y del Opus Dei no son aceptadas como tales por quienes las siguen al pie de la letra. ¿Será porque creen que sólo la ideología de género es ideología? Tristísimo.

El nivel de debate en esas condiciones intelectuales sería más bajo que el de Trump, que ya es mucho decir. Cierro el paréntesis y vuelvo a San Pedro.

San Pedro es para muchos regiomontanos una especie de triunfo. Recuerdo una vez que Fernando Canales habló ante los jóvenes de la Prepa Garza Lagüera (yo estaba ahí) y les dijo que estudiaran mucho y trabajaran bien cuando les tocara para que así, aunque empezaran viviendo en la Roma o en Las Mitras, luego pudieran llegar a San Pedro.

Yo me quedé de a cuatro, pero no dije nada porque no me tocaba. Me pregunté, sin embargo, qué le haría creer a Fernando que todos los regiomontanos queríamos vivir en San Pedro, cuando el área conurbada está llena de lugares habitables lindos y no tan presionantes.

En esa época, San Pedro era un municipio agradable: se podía transitar por sus calles amplias y pavimentadas y contemplar las enormes propiedades de las que tan orgullosos se sienten algunos.

Pero San Pedro tiene su parte...

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