Rosaura Barahona / Locura

AutorRosaura Barahona

A menudo, por las noches trato de ver una película agradable en la tele y me topo con zombies, vampiros, guerras, narcos, secuestros, drogadictos o asesinos desalmados. Paso no sólo porque la mayoría son malas, sino porque si veo alguna, me regala un sueño amargo.

Cuando de pequeños íbamos al cine con nuestros papás, si en alguna película había pistolas, balazos y muertos, mi mamá nos recordaba que todo era fantasía.

Ella murió hace muchos años, pero no puedo imaginar cómo reaccionaría al ver que las más terribles películas a menudo palidecen frente a la realidad cotidiana en Afganistán, Siria, Israel, Haití y México, entre otros países.

Los mexicanos tenemos una manera de anunciar que ya asimilamos un problema o transa: empezamos a bromear con el asunto de manera casi masiva y con mucho ingenio.

Tome por ejemplo a "La Gaviota" con su "Casa Blanca": caricaturas, cartones, memes y chistes han surgido al por mayor y el que no la hace puré, la hace pinole.

Pero con Ayotzinapa, con el Casino Royale y con la guardería ABC no hemos bromeado ni bromearemos porque los tres casos nos siguen doliendo y el que no haya responsables, nos indigna y enfurece. De hecho, algún payaso hizo un mal chiste con los niños del ABC y le fue muy mal.

Y cuando Ayotzinapa es todavía una llaga abierta, nos desayunamos con el secuestro de por lo menos 31 estudiantes de secundaria ¡en Cocula!, por hombres armados, vestidos con uniformes azules de la Marina y enmascarados que se los llevaron en vehículos policiacos.

El hecho fue reportado por la cadena televisiva France 24, a partir de una entrevista con la madre de uno de los secuestrados, quien confesó que los secuestradores advirtieron a los residentes de Cocula que matarían a sus hijos si alguien hablaba del caso.

Y los papás callaron por temor y no denunciaron nada ante las autoridades ni ante los medios de comunicación.

Eso fue el 17 de julio pasado, es decir, hace más de cuatro meses, y los padres no han sabido nada de ellos desde entonces. La testigo dijo a la cadena francesa: "Los agarraron y no sabemos a dónde los llevaron".

También dijo que a su esposo lo levantaron los mismos secuestradores, le cortaron un dedo como advertencia y después lo liberaron.

En uno de los noticiarios nacionales del martes por la noche, entrevistaron...

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