Rosaura Barahona / Experiencia

AutorRosaura Barahona

Muchas personas creen que experiencia es lo que se vive; Aldous Huxley, el escritor inglés, cambia esa idea: "Experiencia no es lo que se vive, sino lo que cada quien hace con lo que vive".

Hay quien vive algo doloroso y se concentra en repetirlo una y otra vez lo cual es explicable e, incluso, esperable al principio, pero si pasan los años y sigue haciendo lo mismo, algo está mal. Para convertir ese dolor en una experiencia fortalecedora, debe aprender de ella: pensar qué pasó, cómo le afectó, por qué le afectó y cómo hacer para evitar que se repita.

Cuando los niños están creciendo no tienen noción de peligro. Si a un niño de un año lo dejamos en la acera de una calle transitada, él con toda tranquilidad puede intentar cruzar la calle. O si lo ponemos en el techo de una casa, se puede lanzar al suelo porque ignora lo que una caída implica.

Por eso educar niños es algo constante. Cuando van a tocar el calentador o a meter la mano a un ventilador, hay quienes les advierten que no lo hagan y si el niño insiste, dicen: "Déjalo, no lo hará dos veces". Por otro lado, hay quienes le explican por qué no debe hacerlo... esperando, así, evitarle una mala experiencia.

Conforme crecemos, eso cambia. En el mundo latino, muchas mamás nunca dejamos de ser mamás (incluso nos convertimos en cuasimamás de nuestras parejas) y a los hijos e hijas adultos les advertimos que se abriguen antes de salir (como si no supieran) o que no manejen rápido (como si nos fueran a hacer caso).

Hay países (aunque cueste trabajo creerlo) en donde los papás confían en que la educación y la experiencia de sus hijos al llegar a la mayoría de edad los ayude a vivir su vida como ellos deseen; entonces, su papel de padres cambia. Después de todo, sus hijos ya son adultos y un adulto está preparado para tomar sus propias decisiones y vivir su vida.

Si hiciéramos una encuesta sobre la experiencia más significativa durante 2010, creo que hablaríamos de la violencia y de la inseguridad como factores que cambiaron algo en nuestras vidas.

En esto también hay dos posiciones distintas, por lo menos. Por un lado están quienes repiten que en Brasil el número de muertos es muy superior al provocado aquí por el crimen organizado y, por otro lado...

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