Rompe acoso los proyectos

TOLUCA.- El sexo o las citas son una moneda que incluso a nivel empresarial pretende ser cobrada para otorgar un contrato a una empresa, al menos eso es lo que le sucedió a Julia Mondragón, quien prefirió cambiar su nombre al hablar de esa violencia.

En un mundo de empresarios donde se requiere disciplina y visión para conseguir un proyecto, las mujeres no sólo se enfrentan al reto de mantener su trabajo con calidad, sino sobrevivir al acoso, a la visión que se tiene de la mujer como objeto sexual y no como un ser pensante, refirió.

Julia fue buscada por un Ayuntamiento del Estado de México para contratar los servicios de dos de sus empresas: una para certificación y otra sobre tratamiento de residuos.

Al llegar con los responsables expuso cómo laboraban, qué hacían y qué podían realizar bajo los requerimientos que les solicitaban.

Su personal trabajó en el proyecto, hicieron lo correspondiente y cuando estaban a punto de firmar, hubo una petición que salió del contexto.

"Uno de los colaboradores (del alcalde) me dijo, oye pues sí se te van a dar el contrato y todo, pero hay que ir a una fiesta con el presidente, que te portes de manera atenta, cariñosa y uno más vulgar me dijo: 'tienes que prestar', así, literal", recordó.

"Para que me dieran los contratos yo tenía que tener mis acuerdos denigrantes con el presidente, rechacé su propuesta humillante, los mandé al carajo y nunca más me llamaron", dijo.

Señaló que en éste ámbito es frecuente que la amabilidad se confunda con intenciones...

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