El rol de la felicidad ajena en la filosofia practica de Kant.

AutorMarey, Macarena
CargoEnsayo critico

[The Role of the Happiness of Others in Kant's Practical Philosophy]

  1. Introduccion

    Una de las notas salientes de la filosofia practica de Kant es su escepticismo respecto de la capacidad de seres racionales finitos como nosotros para conseguir la felicidad. Nos encontramos en diversos pasajes del corpus kantiano con afirmaciones como la siguiente: "Si sigue la maxima de la felicidad, la voluntad titubea, entre sus moviles, lo que debe decidir; pues mira hacia el exito y el es muy incierto; se necesita de una buena cabeza para desovillar el embrollo de razones a favor y en contra para no enganarse a si mismo en el calculo final" (TP, 287; las traducciones de las obras de Kant citadas son mias). Las incontables observaciones pesimistas de Kant respecto de la capacidad de la razon para conducirnos a nuestra felicidad no son meras afirmaciones antropologicas aisladas. Se insertan en el marco mas amplio de la tarea filosofica de refutar el eudaimonismo fundacional en filosofia practica, i.e., la tesis de que la felicidad propia pueda funcionar como fuente de normatividad. Esta tarea se incluye, a su vez, en el programa kantiano de refutar cualquier teleologismo normativo, incluido el perfeccionismo, y el objetivo de tal refutacion es el de sostener la tesis positiva de que nuestra libertad practica incluye la facultad de proponernos a nosotros mismos los fines que queramos para nuestras acciones y para nuestra vida. El topico de la felicidad resulta todavia mas importante en la filosofia kantiana en cuanto que todos los principios y fines materiales (heteronomos) que se clasifican en la tabla del [seccion] 8 de la Critica de la razon practica (1) "son, como tales, en su conjunto de un unico y mismo tipo y pertenecen al principio general del amor propio o de la felicidad propia" (KpV, 22). Por lo demas, las criticas de Kant al eudaimonismo normativo no se limitan al campo de la etica. Tambien son parte fundamental de su filosofia politica. En Teoria y praxis Kant afirma que el principio de la felicidad "ocasiona el mal tambien en el derecho estatal tanto como lo hace en la moral", pues "el soberano quiere hacer feliz al pueblo de acuerdo con sus conceptos y se convierte en despota; el pueblo no se quiere privar del derecho universal a su propia felicidad y se vuelve rebelde" (TP, 302).

    Sin embargo, la oposicion de Kant al eudaimonismo no implica que renuncie a encontrar un lugar para la felicidad dentro de su filosofia practica. Kant reubica la felicidad (y la perfeccion) en el sistema metafisico de la moral. La felicidad se convierte en uno de los dos fines que son al mismo tiempo deberes bajo la forma de la felicidad ajena y tambien se introduce bajo la rubrica del concepto de "ser digno de ser feliz" en la idea del "bien supremo". Ademas, si bien es claro que por "felicidad" Kant entiende principalmente la satisfaccion de las inclinaciones en un todo organizado y el contento presente y futuro con ello, aparece en su obra la nocion de felicidad moral e intelectual. La polisemia de la felicidad en Kant se encuentra paradigmaticamente ya en el tratamiento de la idea de bien supremo en la "Segunda seccion del canon de la razon pura". Alli, aparece una de las definiciones de la felicidad "empirica": "La felicidad es la satisfaccion de todas nuestras inclinaciones (tanto extensivamente, de la multiplicidad de ellas, como intensivamente, segun el grado, y tambien protensivamente, segun la duracion)" (KrV, B 834). Y sin embargo, cuando se trata de la idea de felicidad repartida de manera acorde al merecimiento moral, en este mismo lugar Kant afirma que la felicidad que merecemos si hacemos lo que debemos no hemos de esperarla en nuestra vida. Es decir que en el concepto mismo de "bien supremo" por el que Kant intenta resolver la cuestion de la esperanza que esta ligada inseparablemente a la felicidad, (2) la felicidad terrenal definida en los terminos empiricos de las inclinaciones queda conceptualmente desplazada por la idea de una felicidad merecida en un mundo que es "para nosotros futuro [...] posible solo en un mundo inteligible" (KrV, B 839).

    Asi, es evidente que al tratar el topico de la felicidad deberemos esperar una serie de complejidades conceptuales y semanticas que dan forma a una serie de problemas filosoficos. En este trabajo, quisiera detenerme en un problema en particular. El problema que quisiera delimitar e intentar resolver puede ser resumido como sigue: si la critica de Kant al principio o fin de la felicidad propia es, como sostendre, radical y lo lleva a negar cualquier posibilidad de que ella se convierta en una guia confiable para la accion, ?como es posible que ella pueda guiar nuestra conducta a la hora de cumplir con el deber de la felicidad ajena, tal como es tratado en la Doctrina de la virtud? Mi tesis central respecto de la critica de Kant al principio de la felicidad propia es que si bien existe un uso de la razon por el cual no andamos a tientas cuando intentamos ser felices, esto es, que quizas podamos sortear con las fuentes kantianas la indeterminabilidad absoluta del concepto de la felicidad propia, su problematicidad no puede ser salvada a la hora de implementar este concepto en el mundo. Esto plantea un problema normativo para la doctrina kantiana de la virtud. como sabemos, la felicidad propia no es un deber, pero si lo es promover la felicidad ajena. Si la felicidad ajena es un deber, tiene que ser posible cumplir con el; tendriamos que poder hacer felices a los demas, pues ultra posse nemo obligatur. La pregunta que se plantea es: ?por que la felicidad ajena puede guiar la praxis moral, si se trata en definitiva de la misma felicidad empirica que, cuando es propia, no nos provee una regla fiable practica? ?Que hace que la felicidad propia, cuando es de los otros, sea capaz de guiar mi voluntad sin (tantos) titubeos?

    Mi respuesta comienza con la simple indicacion de que el deber de la felicidad de los otros seres humanos nos demanda, ademas de tener una "benevolencia activa" (MS, 452) y "participar activamente de sus destinos" (MS, 457), proponernoslos como nuestros fines. Proponernos a los demas seres humanos como fines implica reconocerlos como fines en si mismos, (3) pero ademas como "semejantes, como seres racionales necesitados", con quienes estamos "reunidos por la naturaleza en una morada para la ayuda reciproca" (MS, 453, las cursivas son mias). Este reconocimiento moral de la condicion racional y al mismo tiempo menesterosa de los demas consigue reubicar la felicidad empirica en un sistema de moralidad que depende de nuestra voluntad, pero sin dejar de considerar esa felicidad como empirica y nacida del anhelo natural de ser felices, algo que no puede lograrse con la nocion intelectual de felicidad. Si bien esto no subsana de manera absoluta los obstaculos que la naturaleza nos pone en la busqueda de la felicidad, si logra abrir una esperanza concreta para la felicidad empirica, aqui y ahora, por medio de la asistencia mutua de las personas en esa busqueda. Este es el rol que la felicidad ajena juega en el sistema practico kantiano. (4)

    En la seccion 2, discutire con la idea, propuesta polemicamente por David Gauthier y recientemente defendida por Ji Young Kang, de que la felicidad empirica propia tiene alguna capacidad para convertirse en una guia practica certera de la conducta. Respecto de la polisemia de "felicidad" en el corpus kantiano, resaltare que Kant no renuncia nunca a la idea de que la felicidad a la que se refiere nuestro anhelo natural es terrenal. La seccion 3 esta dedicada a analizar el deber de la felicidad ajena en la Doctrina de la virtud.

  2. La felicidad propia

    El nucleo conceptual de la critica moral de Kant a la felicidad propia como candidata a erigirse en fuente de normatividad y guia practica consiste en que un fin natural prefijado no haria sino quitarnos una parte fundamental de nuestra libertad, aquella que proviene de nuestra capacidad de proponernos a nosotros mismos nuestros propios fines inmediatos y a largo plazo. Ahora bien, esto no quiere decir que los seres humanos puedan renunciar sin mas a la felicidad en la Tierra. En la "Observacion II" al "Teorema II" ([seccion] 3) de la "Analitica de los principios", encontramos que la razon principal de esto es que la felicidad no es innata, no es algo que ya tengamos, sino algo a buscar. Al mismo tiempo, la felicidad propia es un fin al que nuestra disposicion natural como seres racionales finitos no nos permite renunciar. El conocido pasaje establece que:

    Ser feliz es necesariamente el anhelo de todo ser racional pero finito y por lo tanto un fundamento de determinacion ineludible de su facultad de apetecer. Pues el contento con su existencia entera no es algo asi como una posesion originaria ni una beatitud que presuponga una conciencia de la propia autosuficiencia independiente, sino que es un problema que se le impone por su propia naturaleza finita, porque es menesteroso y esta necesidad atane a la materia de su facultad de apetecer, es decir, es algo que remite a un sentimiento de placer o displacer que esta subjetivamente en la base y por el cual se determina lo que se necesita para el contento con su estado. (KpV, 25)

    La tesis de que la felicidad es un anhelo que necesariamente tenemos como seres racionales finitos implica, a mi entender, dos puntos fundamentales. El primero de ellos atane al rol que juega la razon respecto de la consecucion de la felicidad. (5) Aqui, se plantean dos preguntas: acerca del modo en que la razon, en alguno de sus usos, elabora una concepcion de en que se cifra la concepcion particular de la felicidad de cada persona, y como se relaciona nuestra razon con nuestra condicion menesterosa. El segundo punto atane al hecho de que si la felicidad es un anhelo ineludible, necesariamente tiene que tener un lugar en la moral, so pena de que la moral kantiana resulte insensible a un rasgo esencial de nuestra condicion humana. Aqui pareceria entrar en...

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