Roger Bartra / La mano izquierda del petróleo

AutorRoger Bartra

En los momentos en que México se enfrenta a una serie de reformas de signo modernizador, la izquierda vive dramáticamente las fracturas que la amenazan desde hace mucho. Sus sectores reformistas apoyan en términos generales las propuestas de cambio y el ala populista las frena con argumentos nacionalistas. Pero ante la reforma energética las tensiones se vuelven muy agudas y extremadamente peligrosas. Las querellas intestinas están colocando a la izquierda al borde de un inmenso retroceso político y electoral.

El tema del petróleo es enfrentado como si Pemex formase parte esencial de la identidad nacional mexicana y no como lo que es: una empresa estatal atascada en la ineficiencia y la corrupción, que necesita urgentemente ser modernizada. Por supuesto, si la extracción del petróleo es parte esencial del alma mexicana, todo intento de asociarla al capital privado, especialmente si es extranjero, parece una traición. Por ello se cree que la mano izquierda de esta mexicanidad primordial debe alzar su puño apretado, en una llamada desesperada para evitar que la nación quede castrada.

La izquierda se opone a todo cambio en la Constitución, y propone en cambio otorgar autonomía presupuestal y de gestión a Pemex, que debe convertirse en una empresa que se maneje como cualquier otra, y que pague impuestos como el resto de las empresas de la rama petrolera (según Cuauhtémoc Cárdenas en entrevista con Reforma, el pasado 17 de agosto). Así, supuestamente, se podría regenerar la parte dañada de nuestra alma petrolera, para que sea la conductora del crecimiento económico y eje del desarrollo.

En esta propuesta convendría aclarar por qué, si a Pemex se le otorga la autonomía, será una empresa mejor que cualquier otra empresa capitalista privada. ¿La autonomía haría toda la diferencia? ¿La autonomía convertiría a Pemex en una empresa similar a las privadas? ¿Es la falta de autonomía lo que ha impedido que Pemex se modernice y que se haya extendido allí la corrupción? Falta además agregar aquí un dato fundamental: la extracción de petróleo no sólo genera ganancias, sino también una enorme renta que se debe pagar a los propietarios de los derechos, que son todos los mexicanos, pues el subsuelo pertenece a la nación. Uno de los problemas de Pemex es que, en la extracción de petróleo, no se distingue entre ganancias, renta e impuestos: todo son rentas. Si Pemex se volviese una empresa autónoma, habría que establecer no solamente la cantidad de impuestos que...

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