Roger Bartra / Libertad y trabajo

AutorRoger Bartra

Aunque en México los líderes políticos no siempre facilitan la tarea, es importante analizar sus propuestas electorales y tratar de entender las inclinaciones ideológicas que las sustentan. Es cierto que domina la superficialidad, pero detrás de las nieblas de banalidad que empañan las campañas electorales se advierten reveladoras expresiones ideológicas. Meade, el candidato del PRI, muestra una inclinación tecnocrática conservadora, tan gelatinosa e insípida que no llega a ocultar la tradicional corrupción del PRI. López Obrador, de Morena, ha presentado un proyecto de nación plagado de incoherencias, pero revela una deriva derechista que cada día es más evidente en su campaña, en sus alianzas y en sus ocurrencias. Un fenómeno extraño y novedoso es el viraje hacia la izquierda de Ricardo Anaya, del PAN, que se puede ver no solamente por su alianza con el PRD y el MC en un Frente, sino sobre todo por algunas de sus propuestas. No es previsible que Anaya rechace abiertamente las posiciones más conservadoras de su partido sobre el aborto o la familia. Pero su ofrecimiento de parlamentarizar el régimen político y, sobre todo, su apoyo a la implantación de un ingreso básico universal, revelan que en el Frente hay por lo menos un par de ideas inteligentes que vale la pena discutir.

Aquí me referiré al ingreso básico, una idea que ha sido poco estudiada en México. Quiero recordar que esta propuesta quedó inscrita en el proyecto de Constitución de la Ciudad de México, aunque fue eliminada por la resistencia del PAN y del PRI a aceptarla. En la redacción original el artículo noveno decía: "Toda persona desde su nacimiento tiene derecho a un ingreso básico universal y la ciudad garantizará su cumplimiento de manera progresiva". El texto finalmente aprobado sustituyó el "ingreso básico universal" por un vago mínimo vital sin mención alguna a su cumplimiento. Ahora el Frente ha rescatado la idea.

La propuesta de un ingreso básico parte de una noción de trabajo que choca frontalmente con las concepciones tradicionales. Se plantea que es necesario impulsar una nueva forma de libertad: la libertad de no trabajar o de decidir libremente el tipo de trabajo que se desea. Se trata de cuestionar el carácter sagrado del trabajo, santificado tanto por las tradiciones religiosas como por el...

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