Roger Bartra / Incongruencias mexicanas

AutorRoger Bartra

Para Federico Campbell, in memoriam.

Hay algo muy incongruente en la política mexicana. Por un lado vemos los fastos y el glamour de una reunión de los jefes de Estado de Canadá, Estados Unidos y México en la ciudad de Toluca, donde cada rincón fue rigurosamente controlado y donde no se filtraba el ruido de las zonas broncas del país. Allí todo fueron sonrisas y actos de acrobacia diplomática realizados sin riesgo alguno (y con pocos resultados). Pero en las zonas broncas se vive en otro mundo; en Michoacán, por ejemplo, hay un Estado fallido donde las reglas de la civilidad y del derecho se encuentran tan erosionadas que el gobierno federal ha tenido que intervenir masivamente. El folklore de grupos de narcotraficantes que adoptan poses religiosas medievaloides rivaliza con las actitudes vigilantistas de unos machos barbones o bigotudos que visten chalecos antibala, lucen sombreros rancheros, gorras estilo americano y llevan armas de grueso calibre. Las policías locales se han desvanecido y en su lugar han entrado el Ejército y la policía federal, que operan como un cuerpo extraño y rígido en un mundo raro. Todo esto va acompañado del envío de una nube de burócratas encorbatados encargados de apuntalar o sustituir las funciones que el gobierno local es incapaz de cumplir.

En los escenarios internacionales el gobierno infiltra imágenes de políticos reformistas y modernos encabezados por un superpresidente que ha llegado para salvar a la patria. En estos escenarios la violencia parece disminuir y las inversiones comienzan a fluir. Los políticos mexicanos viajan por el mundo anunciando la buena nueva. Pero atrás dejan, en Michoacán, una maraña casi ininteligible y sospechosa de hilos que envuelven a personajes con apodos curiosos, como El Abuelo, El Paisa, Papá Pitufo, El Americano y la Comandante Bonita, dirigentes de los grupos de autodefensas con los que pacta el gobierno. Está muy generalizada la sospecha de que estos grupos están infiltrados por narcotraficantes que pueden convertirse en un serio dolor de cabeza para la sociedad.

En todo caso, los movimientos del gobierno en Michoacán, encabezados con un "comisionado federal", no tienen el aspecto de ser una solución moderna y democrática al terrible problema de la violencia, el narcotráfico y los secuestros en Michoacán. Todo ello...

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