Roger Bartra / Cerebro y reduccionismo

AutorRoger Bartra

Hoy está de moda entre los neurocientíficos reducir las operaciones de la conciencia humana al funcionamiento del cerebro. Por lo general no se interesan mucho en explorar las extensiones del cerebro en la sociedad y la cultura. Una de las más recientes interpretaciones, del neurocientífico Christof Koch, en su libro Consciousness: Confessions of a Romantic Reductionist (2012), reduce la conciencia, no al nivel de las redes neuronales o incluso de la física cuántica, sino al ámbito de la información. La ventaja que supuestamente tendría esta reducción consistiría en que, gracias a las modernas teorías informáticas, la conciencia podría representarse en forma cuantitativa, reducida a información. Así se escapan del espacio social y cultural en el que dominan los símbolos, los conceptos, las metáforas, las ironías, las convenciones, los valores, las creencias y las instituciones.

Según esta teoría, que es una curiosa variedad del panpsiquismo, hay conciencia no sólo en los cerebros sino también en todo artefacto que funcione mediante información integrada, sea una computadora, un teléfono inteligente, un termostato o un fotodiodo. Koch se basa en una idea de Giulio Tononi, que consiste en traducir la cantidad y la cualidad de la información generada por un sistema integrado al lenguaje de las matemáticas y de la geometría. Según su teoría "la conciencia depende exclusivamente de la habilidad de un sistema de generar información integrada". Como tal, la conciencia aparece como un fenómeno gradual, es decir que hay un continuum que puede ir desde un fotodiodo binario (que tiene exactamente un bit de conciencia) hasta la corteza cerebral de los mamíferos, que están dotados de una cantidad de conciencia inmensamente grande. De allí concluye que la conciencia "podría existir en y por sí misma sin requerir nada extrínseco, ni siquiera una función o un propósito... Un sistema como éste no necesitaría siquiera algún contacto con el mundo externo, y podría ser completamente pasivo, contemplando cómo sus propios estados cambian sin tener que actuar".

Esta propuesta ha sido retomada por Koch, quien cree que la subjetividad "es tan radicalmente diferente de cualquier cosa física que no puede ser un fenómeno emergente". Como lo mental y lo físico son dos propiedades que no pueden ser reducidas una a la otra, hay que postular que ambas se...

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