Roger Bartra / Adiós a un cosmopolita

AutorRoger Bartra

Este año se abrió con malas noticias. Una de ellas fue el fallecimiento, el 1o. de enero, del sociólogo alemán Ulrich Beck. Un infarto se llevó a uno de los más brillantes pensadores contemporáneos, que había nacido en 1944 en un pequeño pueblo alemán de Pomerania que hoy forma parte de Polonia. Fue famoso por su innovadora definición de la sociedad actual como una "sociedad del riesgo", una especie de segunda modernidad con características propias. En este contexto, desarrolló también un brillante análisis de los procesos de individualización. Me interesó especialmente su definición de la izquierda cosmopolita, concepto con el que definió las nuevas tendencias políticas, originadas en los espacios socialdemócratas, que rescatan el tema de la igualdad, pero ahora colocado en una trama global, no nacional. Es una idea política que se propone poner barreras a los estragos que producen las redes mundiales del capitalismo. Las ideas de Thomas Piketty, ahora muy conocidas gracias a su libro El capital en el siglo XXI, provienen en cierta medida de las propuestas de Beck. Una izquierda cosmopolita se orienta a hacer política a escala global y propone instalar formas de control supranacional de los flujos financieros y de las actividades bancarias. Beck era partidario de obligar a las empresas transnacionales a asumir responsabilidades ante los problemas de legitimidad que enfrentan las estructuras políticas democráticas. En la medida en que gran parte de los problemas de legitimidad provienen de la actividad, con frecuencia nefasta, de las grandes transnacionales, estas corporaciones deben contribuir a la solución de los problemas políticos que generan. Ulrich Beck decía que es preciso controlar la deslocalización y dispersión de la fuerza de trabajo y dar protección social básica a aquellos sumidos en la flexibilidad de trabajos precarios.

La actitud cosmopolita significa aceptar que la globalización es un proceso que ineludiblemente nos arrastrará durante las próximas décadas. Lleva a los políticos de izquierda a abandonar el antiimperialismo dogmático de inspiración vagamente leninista que todavía alienta a muchos gracias a la influencia del castrismo cubano (ahora en plena decadencia). Es necesario confrontar creativamente, sin negarla, la marea que está transformando el mundo del trabajo en una pantanosa precariedad, cuyo carácter...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR