Rogelio Segovia / Un País ¿resignado?

AutorRogelio Segovia

De repente parecería que nos hemos convertido en un país resignado al que intentan disfrazar de resiliencia, tolerancia y falso optimismo. Difiero de ello. Los ciudadanos parecemos autómatas actuando sin consciencia y de manera rutinaria para cumplir nuestras obligaciones diarias. Personas que actúan con el mismo entusiasmo que muestra un ventilador de pedestal al tratar de hacer circular el aire caliente y pesado de una tarde de verano. Parece como si estuviéramos atrapados en un ciclo sin fin, tratando de sobrevivir mientras nuestras almas parecen desvanecerse. Imagine por un momento que vive unos 100 años en el futuro, digamos en el año 2124, y usted quiere saber cómo era México un siglo atrás, es decir, hoy por hoy. Al revisar fotos, videos y crónicas, ¿qué va a encontrar? O para ser más preciso, ¿qué es lo que usted va a interpretar de lo que ve? ¿Un País resignado?, ¿un México de zombis? Entre los archivos que usted está revisando, encuentra un video de una tarde calurosa de verano en Monterrey. En un principio, usted atribuye lo poco claro del video a la tecnología de la época. Pero una nota al pie del video le dice que la imagen, aunque de alta calidad para los estándares de la época, refleja un panorama sempiterno neblinoso por la alta contaminación. También se ve a un grupo de más de 50 personas formadas en fila en una estrecha (y maltrecha) banqueta. Al fondo se ven imponentes, modernos y coloridos edificios que contrastan con el rostro sudado, cansado y perdido de la gente. Bajo el velo oscuro y tóxico, la luz se ahoga en una sombra asfixiante y persistente, las personas, que aguardan su transporte público sin un techo que los proteja, tienen la mirada gacha en sus dispositivos celulares. Al llegar a casa unas dos horas más tarde -lee usted en la nota que acompaña al video- esas mismas personas se enfrentaran a la lotería de saber si tienen o no agua corriente en sus domicilios, o tendrán que echar mano de sus exiguas reservas en cubetas y botes. Y no sólo es eso, tendrán suerte si a...

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