Rogelio Ríos Herrán / ¿Vuelta al átomo?

AutorRogelio Ríos Herrán

El anuncio del 24 de abril de la CFE sobre la ampliación de la capacidad de los megawatts de la central nucleoeléctrica de Laguna Verde coincide con la tendencia mundial hacia reconsiderar la energía nuclear como un recurso energético limpio y más benévolo con el medio ambiente que los combustibles fósiles.

Para los mexicanos, uno de los desafíos fundamentales del Siglo 21 será qué hacer y cómo manejar la energía nuclear como alternativa al eventual agotamiento de las reservas petroleras.

El tema de la expansión nuclear en México apenas se insinúa, pero inevitablemente ocupará un lugar prioritario en la agenda pública en el mediano plazo.

Durante tres décadas, Laguna Verde ha sido el símbolo de las reservas de los mexicanos hacia el uso del átomo para la generación de energía eléctrica (actualmente, contribuye con el 5 por ciento de la energía eléctrica generada en el País por la CFE): se construyó el primer reactor nuclear en México, pero no se agregó ningún otro reactor.

La discusión no será nada fácil. Los debates sobre la utilización de la energía nuclear son altamente politizados en México y en el mundo, y generan una polarización política que impide apreciar en su justa dimensión los pros y contras de la expansión nuclear mexicana.

Uno de los sindicatos más combativos que se recuerde en la década de los 70 fue, precisamente, el SUTIN (Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear), el cual dio la batalla a los gobiernos de Echeverría y López Portillo por las reivindicaciones laborales en una industria nueva en nuestro país.

La vuelta al átomo en México, para que tenga éxito, necesitará primero el contexto político y social adecuado para que la alternativa nuclear atraiga y convenza a los mexicanos sobre sus bondades frente a los hidrocarburos.

En los 70, la apertura de la industria nuclear mexicana fue una medida audaz que dio lugar a movimientos políticos y sociales inéditos. El clima mundial, no lo olvidemos, era el de un mundo bipolar dividido entre los campos de influencia de las dos superpotencias, Estados Unidos y la URSS, sostenido por el equilibrio del terror: la capacidad de...

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