Rogelio Ríos / El Juez Lindsay

AutorRogelio Ríos

Mientras los grandes debates sobre reforma migratoria se desarrollan en Washington, D.C. y acaparan los reflectores, la discreta decisión de un juez de distrito relativa a un pueblito de Texas puede significar el punto de quiebre de una tendencia muy peligrosa para los indocumentados mexicanos en Estados Unidos.

El juez de distrito Sam A. Lindsay bloqueó el lunes la entrada en vigor el día 22 en Farmers Branch, en los suburbios de Dallas, de una ordenanza que pedía a los dueños de casas y departamentos verificar si el solicitante era ciudadano estadounidense o indocumentado y prohibía rentarlos a estos últimos, bajo la amenaza de sanciones hasta de 500 dólares.

Hablamos del mismo condado en donde en noviembre de 2006 se emitió una resolución municipal para prohibir otro idioma que no fuera el inglés para cualquier trato con la autoridad.

Ante la clara toma abusiva de atribuciones que no le corresponden a las municipalidades, el juez Lindsay reiteró (en contestación a una demanda al gobierno municipal interpuesta por ONG en defensa de los inmigrantes) que es competencia exclusiva del gobierno federal estadounidense determinar si una persona se encuentra legalmente establecida en Estados Unidos.

"La Corte reconoce que la inmigración ilegal es un problema principal en este país", expresó el juez, "y quien afirme otra cosa ignora la realidad. La Corte también comprende plenamente la frustración de las ciudades que intentan abordar un problema nacional que debería manejar el gobierno federal; dicha frustración, sin embargo, no importa qué tan grande sea, no puede servir de base para emitir una ordenanza que entra en conflicto con las leyes federales".

El problema no se circunscribe a Farmers Branch, sino que se extiende a más condados y ciudades a lo largo de la Unión Americana que tratan de lidiar con la cuestión migratoria con sus propias reglas e ignorando las leyes federales.

El retraso en la aprobación de una reforma migratoria en el Congreso estadounidense en los últimos años generó un vacío migratorio que se fue llenando con disposiciones municipales que iban desde la prohibición de licencias de manejar, hasta la de rentar viviendas a los indocumentados.

El crecimiento de esta tendencia de hostilidad local hacia los indocumentados amenaza con atraer el tema migratorio a un nivel -el de gobierno local- en donde es muy desfavorable para los indocumentados y en el cual es prácticamente nula...

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