Rogelio Ríos / e-Embajadores

AutorRogelio Ríos

Entrada la segunda década del siglo 21, una de las burocracias más sacudidas por la era de la información vertiginosa, abundante y accesible y su difusión instantánea a través de las redes sociales es la de los diplomáticos.

¿Para qué sirve un Embajador hoy? ¿Murió ya la diplomacia clásica tal como la conocimos y su lugar lo ocupa lo que hoy se conoce con una variedad de términos como diplomacia digital, "twidiplomacy", "e-diplomacy"?

No nos asombre más que en los recientes nombramientos de Embajadores mexicanos por parte del Presidente Peña Nieto se incluyan nombres de personas sin experiencia en el Servicio Exterior; lo que habría que preguntarnos es si tienen experiencia o conocimiento mínimo del manejo de Twitter y Facebook como herramienta profesional así como de internet en el manejo de la comunicación institucional.

El perfil ideal parece orientarse hacia una mezcla equilibrada entre conocimiento duro, tradicional, de la política internacional y de las sutilezas diplomáticas y, por otro lado, una sólida preparación profesional en manejo de información en redes digitales como requisito indispensable para la función diplomática.

Alec Ross, asesor de Hillary Clinton cuando ocupó la Secretaría de Estado, se refirió a esta cuestión en una conferencia en el European Policy Centre el año pasado, al decir que entre los diplomáticos es legítimo el miedo actual a "meter la pata" en el manejo de redes sociales y perder el empleo.

"Pocos de nosotros", agregó Ross, "nacimos con lo digital. Solamente aprendimos a usarlo. A los Embajadores de más edad se les puede enseñar a hacerlo.

"Los que se adapten serán los que sobrevivan", concluyó mientras echaba un último vistazo a su iPad.

Eduardo Medina Mora a Estados Unidos; Beatriz Paredes a Brasil; Otto Granados a Chile y Felipe Enríquez a Uruguay, por mencionar algunos de los nombramientos recientes del Presidente Peña Nieto, ¿están preparados para ser los e-Embajadores que México requiere en esta época de la información digital?

Si darán o no el e-kilo en sus responsabilidades diplomáticas está por verse. Si algo tienen los políticos mexicanos de asombroso es precisamente su capacidad de adaptarse en donde los pongan y, sorprendentemente, de dar buenos resultados en muchos casos.

A favor del político tradicional abona el hecho de que hay asuntos y momentos en las relaciones entre países en los que la diplomacia cara a cara, la tradicional, es...

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