Rogelio Campos / Perro flaco (I)

AutorRogelio Campos

"Al perro flaco se le cargan todas las pulgas", decimos en México; sería la adaptación de la expresión española "A perro flaco todo son pulgas". Ambas reflejan con claridad y dramatismo la situación por la que atraviesa el PRD.

Los costos que pagará este partido serán tan altos como condenables las prácticas que se han denunciado. No hay excusa ni justificación que alcance para tan bochornoso espectáculo. Ni siquiera existen en boca de los dirigentes, contendientes o protagonistas. Lo que aflora es una serie de recriminaciones que cimbran a ese partido y reflejan la fragilidad y la falta de señorío y de cohesión de la izquierda liberal mexicana.

Lo anterior es tan cierto como que las prácticas denunciadas no son exclusivas del PRD y tampoco son necesariamente las peores entre las que han desplegado otros partidos. Estos factores no son ni pueden ser justificantes. Los pormenores de este proceso electoral confirmarán y profundizarán en la imagen de un partido premoderno, anárquico, violento y peligroso, integrado por hordas, tribus y confederaciones de tribus. Las preguntas a responder son ¿por qué otros partidos son inmunes frente a situaciones similares y por qué el PRD pagará (como sucederá) costos más altos? No es, ni puede ser justificante. Es una interrogante que merece respuesta.

Empecemos por los dos ejemplos más recientes del PRI: El proceso para elegir candidato presidencial en 2005, inicialmente Madrazo vs. Montiel. Una similitud con el proceso perredista es la acusación al presidente del partido de favorecer a uno de los contendientes. En el caso del PRD se acusa a Cota de favorecer a Encinas. En el PRI, Madrazo dejó la presidencia (a Mariano Palacios) para ser candidato y fue acusado de dejar en todos los puestos clave a personas de su confianza que operaban en su favor.

Quizás la diferencia más importante entre ambos procesos radique en el equilibrio de fuerzas entre los contendientes. Mientras en el PRD se enfrentaban dos pesos completos (Encinas vs. Ortega) y un puñado de desconocidos, aquella elección priista terminó enfrentando a un peso completo (Madrazo) contra un sparring-patiño, un candidato de paja (Everardo Moreno). El otro peso completo (Montiel) había sido descarrilado al publicarse sus tan lujosas como inexplicables propiedades. Lo anterior permitió a Madrazo obtener un 90 por ciento de la votación. Si Ortega o Encinas tuvieran las propiedades de Montiel, podrían haber sido ventaneados y descarrilados; uno de los...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR