Robot-Sumo a la mexicana

AutorJosé Luis Adriano

En el dojo, dos luchadores de sumo se baten en duelo. No son de carne hueso, sino de circuitos y metal, y pesan tres kilogramos. Pendiente de la acción, un mexicano observa que todo se desempeñe según las reglas: su nombre es Francisco y desde Japón organiza el torneo internacional de Robot-Sumo.

"En la universidad empecé con mi equipo a armar robots, y concursamos en eventos de Querétaro y de la Ciudad de México", narró Francisco Estrada de 27 años y originario de San Francisco del Rincón, una pequeña ciudad de Guanajuato.

Mientras estudiaba ingeniería mecatrónica en el Instituto Tecnológico de Monterrey, campus León, se integró a Asimov, un equipo interesado en Robot-Sumo, deporte donde los participantes compiten con robots, creados por ellos mismos.

Los robots tienen imanes en la base y el dojo es una plataforma de metal. Los dispositivos disponen de motores eléctricos tan poderosos que no sólo rompen el magnetismo para impulsarse a sí mismos, sino para empujar al oponente.

La batalla más dura para Estrada, no obstante, fue ser aceptado con su equipo por Fujisoft Incorporated, la empresa japonesa que organiza el que, hasta 2010, era un torneo exclusivo en ese país. Después, tuvieron que reunir cerca de 200 mil pesos para pagar el viaje a Japón.

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