Roberto Zamarripa / Dale, dale, dale...

AutorRoberto Zamarripa

No hay mucho que darle vuelta para entender que las relaciones México-Estados Unidos están en un punto crítico que obligan a un replanteamiento más allá de lo retórico. En lo coyuntural, el arribo de Donald Trump ha supuesto una hostilidad exacerbada.

Pero en algunas de sus medidas no difiere mucho de lo ejercido por gobiernos demócratas que si bien hablaban suavecito a México, igualmente recetaban tropas de Guardia Nacional y deportaciones masivas en la frontera norte.

El día que el Presidente Enrique Peña emitía un videodiscurso con la mayor advertencia que hasta ahora le ha hecho a Trump, indicándole que sacara su frustración con los votantes estadounidenses y no con los mexicanos, los Ministros económicos de Canadá, México y EU salían sonrientes de una larga plática en un restaurante en Washington conforme lo testimonió en Grupo Reforma, José Díaz Briseño.

Las negociaciones del TLC avanzan en medio de la estridencia, misma que cataliza acuerdos. Entre más fuerte griten más se apuran en pactar. Ni se ha roto ni se ha ido al carajo el TLC como pregona Trump.

En materia migratoria -el otro pretexto de Trump para zarandearnos- el Gobierno mexicano ha sido atento, rayando en sumisión, en el freno a migrantes.

Lo publicado por The Washington Post de que derivado de la Iniciativa Mérida (pactada por Calderón y Bush hace una década) miles de migrantes son fichados por funcionarios estadounidenses en cárceles migratorias mexicanas para obtener ventaja con esa información, confirma que el Gobierno mexicano no es tan desobediente como dice Trump.

Que las cárceles migratorias (de Iztapalapa, Tapachula, Tijuana o Reynosa) estén tomadas por funcionarios norteamericanos significa algo más que una estrecha colaboración. Tanto lo sabe el Gobierno mexicano que ha tenido esto en secreto y no ha podido aclarar las revelaciones del Post.

Si la relación actual tiene estos contrapuntos -un aguacero de diatribas que suponen desencuentros y una realidad de acuerdos económicos, migratorios y de seguridad desventajosos que toman los burócratas- más que envolver a todos los candidatos con el Presidente en una bandera nacional monumental, lo mejor sería abrir a debate qué hacer con el...

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