Roberto Zamarripa/ Mal alumno

AutorRoberto Zamarripa

"No volveremos a ver cárteles grandes. No volverá a haber Rodríguez, Escobares ni Herreras. Vemos y veremos 'Herreritas', 'Escobaritos', y 'Rodriguecitos'.

El colombiano no es bobo y cuando pierde no repite la historia. El cártel de Medellín fue el más violento del mundo, pero su jefe está muerto. El cártel de Cali fue el más inteligente del mundo, pero su jefe está en la cárcel. Entonces el colombiano dice no, no mandemos mil kilos, mandemos diez veces cien".

Este es el juicio del zar antidrogas de Colombia, Rosso José Serrano Cadena, uno de los hombres más populares y más temidos en ese país y quien este diciembre publicó en Colombia el libro Jaque Mate, donde resume su actividad como director nacional de la Policía colombiana.

Auxiliado por el extraordinario novelista Santiago Gamboa, el jefe policiaco habla de esa compartimentación de poder del narco colombiano. "Para decirlo un poco cínicamente: después de la caída de los dos grandes monopolios el negocio se democratizó en Colombia y hoy estamos enfrentando cerca de 350 ó 400 organizaciones menores". Junto con eso, Rosso ve que se abre un mercado abundante de cocaína colombiana para los países de Europa oriental y las posibles influencias de la mafia rusa "que es temible".

El nuevo mapa del narco colombiano ha impactado en México. La actividad criminal se hace más compleja y convierte en importantes a empleados menores. Un oficial militar que vigile una pista clandestina en la sierra de Oaxaca, un funcionario estatal que controle las tierras en la zona del Valle del Yaqui en Sonora para proteger zonas de bombardeo de cocaína, un director de la Policía Municipal de Cancún que proteja desembarcos, entre otros, suben de nivel.

Por ello resalta el hecho que, apenas hace un año, la actividad del cártel de Juárez era vinculada a importantes funcionarios públicos, incluido el secretario particular del Presidente, Liébano Sáenz, y el ex Gobernador Mario Villanueva. Ahora los criminales poderosos parecen ajenos a las redes políticas.

Los Valencia -Luis y Armando- son miembros de una familia de rancheros productores de aguacate de Uruapan y su historia parece sorprender ya que se han abierto paso sin los consabidos favorecimientos de Gobernadores o Procuradores, según lo hecho público hasta ahora.

Sin embargo, las sospechas de las autoridades estadounidenses, particularmente de la DEA, es que la PGR tenía detenido a uno de los Valencia y lo dejó libre gracias a un millonario soborno.

La...

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