Roberto Gómez Junco / Privilegiados y pisoteados

AutorRoberto Gómez Junco

Por ser tan obvios, sale sobrando enumerar los privilegios que implica el debutar en la Primera División y mantenerse en ella, para así ser UNO entre cientos de aspirantes que se quedaron en el intento.

En un mundo en el que la mayoría de la gente trabaja en lo que no quisiera o ni trabajo tiene, dentro del muy reducido segmento de los elegidos está el futbolista profesional. Un ser afortunado porque entre muchos otros privilegios puede cobrar muy bien por seguir siendo niño, por divertirse jugando y jugar divirtiéndose.

Sin embargo, si por azares del destino a ese privilegiado ser "aquí le tocó vivir" (o jugar), puede verse obligado a someterse a la semestral indignidad del mexicano mercado de piernas.

Cada 6 meses, como sucederá en estos días, no son pocos los dirigentes que regresan felices de la playa porque en ella pudieron concretar contrataciones, intercambios, transacciones y compra-ventas que consideran ventajosas, pero casi siempre sin detenerse a pensar qué tanto podrán rendir, entre sus flamantes adquisiciones, aquellos futbolistas que hubieran preferido acomodarse en otro equipo.

De hecho, la mejor forma de propiciar que un futbolista termine siendo pisoteado por los adversarios en la cancha es empezar pisoteándolo afuera como persona, conculcando sus más elementales derechos de contratarse con quien más quiera o donde más le convenga.

Un mecanismo como el Draft, que en esencia puede ser bueno, termina siendo nocivo cuando...

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