Roberto Zamarripa/ Garzón dedicado a...

AutorRoberto Zamarripa

La noche del pasado miércoles 23, un consejero de Miguel Cavallo le urgió a trasladarse a Buenos Aires "para comprobar su inocencia". Sin inmutarse, Cavallo repelió: "esto no es de inocencia o culpabilidad. Lo que voy a comprobar es mi identidad". Para el represor argentino no contaba el historial de crímenes sino solamente que él creía ser otra persona.

Pero en el descubrimiento de su ominosa presencia en uno de los principales proyectos de seguridad pública del país, se ha evitado la realización de un fraude del grupo Talsud, socio de Renave.

Los antecedentes ilegales del grupo no comienzan ni terminan con Cavallo. Tres personajes deben ser vistos con lupa por las autoridades financieras y policiacas mexicanas. El presidente de Talsud en México, Víctor Taiarol, y el vicepresidente, Diego Ferrairo, son en realidad los dos grandes estrategas de la empresa que tiene una estela de ilegalidades en Argentina de importantes dimensiones.

El tercer hombre es Roberto Stiegritz, quien recién llegó de El Salvador para hacerse cargo de la comercialización de Renave. Stiegritz trabajaba en Sertracen, el sistema de registro vehicular salvadoreño y al parecer su intervención en un relanzamiento de Renave sería decisiva.

Antes de la detección y detención de Cavallo, Renave ya vivía una situación crítica. La ola de descontento encabezada por gobernadores y partidos políticos había provocado tensiones internas entre los socios. Secofi se ofreció para evitar el naufragio de Renave y sugirió a la sociedad de tres empresas (Davis, Talsud y Gemplus) que tuvieran un mayor protagonismo en la opinión pública.

Los socios decidieron que el indicado para hablar era Cavallo, un hombre acostumbrado a esconderse de los reflectores y a cometer fechorías en los sótanos. Así que la luz del día fue letal para el represor.

En realidad, lo que venía era un golpe de mano de Talsud en Renave. El socio mayoritario de Renave es Davis y el segundo en el orden es Talsud. Una fracción minoritaria de acciones la posee Gemplus. Pero Talsud, a pesar de no ser mayoritario, impuso como director a Miguel Cavallo, dando así el primer paso para el control de la sociedad tripartita.

Venía un segundo y definitivo golpe: Renave necesitaba de una buena inyección monetaria para afrontar la tormenta pública. Talsud salvaría el escollo con una gestión y un nombramiento. Traería a Roberto Stiegrtiz desde El Salvador con todo y dinero; lo haría responsable de la Dirección comercial, y en un lapso...

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