El ritual se reinventa

AutorYanireth Israde

La pandemia por Covid-19 silencia cantos, apaga velas y aparta a las comparsas que tradicionalmente danzan para festejar el Día de Muertos.

Con cementerios cerrados o restringidos este 1 y 2 de noviembre en la capital, el Estado de México, Hidalgo, Tlaxcala, Oaxaca, Guerrero y Tamaulipas, entre otras entidades, la ceremonia será más familiar que comunitaria, con la instalación de altares en los domicilios como principal elemento ritual y la asistencia controlada al panteón, cuando se permita, sin la posibilidad de velar.

Incluso en el poblado maya de Pomuch, en Hecelchakán, Campeche, que permanece en semáforo sanitario verde y donde se acostumbra limpiar los huesos del difunto en el cementerio -tradición considerada Patrimonio Cultural Intangible de Campeche- se redujo el aforo en 50 por ciento y se establecieron ingresos por turnos.

Para la mayoría de las comunidades indígenas esta fiesta, ligada a los ciclos agrícolas y reconocida por la UNESCO en 2008 como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, es la más importante del año, destaca el antropólogo Erik Mendoza Luján.

"La declaratoria de la UNESCO no fue para el Día de Muertos, sino para la celebración indígena dedicada a los muertos", aclara.

"Es la celebración más importante, porque reúne realmente a toda la familia, en espacio y en tiempo", explica el académico del INAH.

Tanto los ancestros, como los vivos, conviven en un espacio simbólico, que puede ser la casa u otro lugar en el que exista un umbral propicio para el encuentro.

"En este caso", añade, "el cementerio pasa a un segundo plano. El altar a los difuntos tiene esa peculiaridad: dejar a un lado el cementerio para volver más doméstica esta convivencia entre vivos y muertos".

LAS COMUNIDADES SE DIVIDEN

Las restricciones derivadas de la pandemia han divido a la población, reconocen el músico mazateco y antropólogo Alberto Rosete Cabanzo y el artesano rebocero y promotor cultural purépecha Jaime Equihua Estrada.

"Hay quienes creen que hay que llevar el ritual a cabo, porque de lo contrario, de acuerdo con la cosmovisión mazateca, estaríamos atentando contra esta fiesta, mientras otros han decidido no efectuarlo al 100 por ciento y realizar actividades de manera familiar", refiere Rosete Cabanzo, originario de Eloxochitlán de Flores Magón, Oaxaca.

No saldrán, por ejemplo, los huehuentones, que representan las almas y recorren calles y domicilios con bailes y música de violines, vihuelas, güiros y tambores.

Huehuentones significa...

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