Río Sonora: El fantasma del derrame de sustancias tóxicas

Amalia Escobar, corresponsal

CANANEA, Son., agosto 6 (EL UNIVERSAL).- Sumidas en la desesperanza por el abandono gubernamental y el desentendimiento por parte de Grupo México, responsable del derrame de 40 mil metros cúbicos de sulfatos y venenos a los ríos Bacanuchi y Sonora, cientos de personas viven entre la desolación, enfermedades y desempleo.

A un año de la peor tragedia minera, EL UNIVERSAL hizo un recorrido desde Arizpe, municipio donde está el río Bacanuchi, hasta la presa Abelardo L. Rodríguez en Hermosillo, donde finalmente se depositó el agua contaminada.

Aunque desde el 15 de septiembre se constituyó un fideicomiso para resarcir los daños con un fondo inicial de 2 mil millones de pesos, y éste incluyó a 22 mil 878 personas afectadas, miles de pobladores aún reclaman sus pagos por toma de agua, agricultura, ganadería y economía. Otros ni siquiera están incluidos, como los 6 mil habitantes de El Molinito, en la zona rural de Hermosillo, quienes quedaron fuera, pese a las afectaciones en esa zona.

Los pobladores además acusan opacidad en la asignación de pago y denuncian que la región vive en un caos.“Faltó organización por parte de las autoridades federales, estatales y municipales; se debió apoyar en partes iguales a todos los que resultaron realmente afectados, comenta Patricia Serrano, habitante de Banámichi.

Asegura que hay personas que han recibido hasta 600 mil pesos sin haber resultado afectados, mientras a muchos perjudicados ni un solo peso les han entregado.

La tristeza se refleja en la mirada de los vecinos del río Sonora, pues aseguran que nada volverá a ser como antes. Lo perdieron todo.

Comen y beben agua con miedo, sienten que en cualquier momento van a enfermar y que al paso de pocos años tendrán cáncer.

La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) reconoce sólo a 360 personas con daños en su salud asociados a la contaminación del río. Activistas aseguran que son más de 600.

Durante el recorrido se pudo constatar que el desplome de la actividad económica ha obligado a algunos pobladores a migrar a Estados Unidos para buscar sustento, pues perdieron sus parcelas, su ganado y se llenaron de deudas.

Otras personas han tenido que vender parte de su patrimonio y emplearse como obreros, albañiles o trabajadoras domésticas.

También está afectado el turismo, no hay visitantes porque existe temor de consumir agua y alimentos contaminados.

Francisco López, habitante de Sinoquipe, municipio de...

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