Rincones de la Huasteca

AutorFlorencia Podestá

Desde el paisaje desierto del altiplano central viajamos hacia el norte. Vamos en busca de los paraísos acuáticos de los que tanto oímos hablar. La Huasteca es como una cueva de las maravillas; esconde tantos tesoros naturales que se necesita tiempo y espíritu explorador para conocer sólo algunos de ellos. Esto la convierte en un terreno extraordinario para las actividades de turismo de aventura. Algunas compañías están comenzando a explorar las posibilidades de la región: rafting y kayak, rappel en cañones, espeleología, exploración de ríos subterráneos, cuevas y sótanos, algunos mundialmente famosos como el Sótano de las Golondrinas. Todo en un marco de selva de fábula, donde todavía vagan en libertad jaguares, panteras, jabalíes y tucanes.

Tamasopo

A 50 kilómetros de Ciudad Valles se encuentra un ramillete de maravillas naturales cerca del pueblo de Tamasopo: las cascadas de Tamasopo y sus alrededores. Deslizándose sierra abajo por valles estrechos y abruptos, entre la selva, se precipitan varios ríos de montaña de aguas de color azul y esmeralda, creando saltos de diversas magnitudes. Más abajo de la zona serrana, los ríos se dulcifican y atraviesan remansos de vegetación anfibia y cultivos de caña de azúcar.

En su fluir por este relieve accidentado, las aguas azules y cristalinas modelaron rincones naturales como escenarios mitológicos, rincones que parecen salidos de El Señor de los Anillos.

Las Cascadas de Tamasopo consisten en varios saltos que se ramifican, se dividen y se precipitan formando enormes pozas de agua cristalina, buenas para refrescarnos en los días calurosos de la Huasteca.

A unos 10 minutos de allí se encuentran Los Trampolines: otro río que forma en su recorrido a lo largo de 1 kilómetro cientos de cascaditas, pozas y remansos.

Las aguas se abren como un delta en varios brazos; así se crean islotes en donde crecen árboles centenarios de raíces intrincadas, brotando casi del agua misma.

Este lugar emana una serenidad casi espiritual; el sonido de los pájaros, y el correr del agua en sus varios escalones y corredores de piedra, crean una canción de muchas voces sin palabras.

Puente de Dios

A tres de kilómetros de distancia de Tamasopo, podemos visitar un lugar en donde la naturaleza reunió todas sus artes para crear un fenómeno inusual: el Puente de Dios. Desde la estación de ferrocarril El Cafetal descendemos por un barranco tapizado de vegetación tropical. La niebla matinal se levanta en girones desde la selva...

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