RIESGO Y VALOR / Ensayo sobre democracia

AutorJorge A. Martínez

Hay muchas cosas que funcionan bien en la teoría, mas no en la vida real. La democracia, en opinión de este editorialista, es una de ellas.

Riesgo y Valor toca el tema en plan de aficionado, pues ya los riesgos para la economía global, la mexicana y sus empresarios, son merecedores de una alerta amarilla cuando menos: La democracia parece no funcionar, como su bosquejo teórico la plantea y también, la democracia está en peligro, en su expresión práctica de nuestro diario vivir. Esto traerá repercusiones económicas graves, si bien no inmediatas, sino del slow-burning- kind, que son igual de mortíferas pero delirantes por lo pronto. Una de ellas será un menor crecimiento de las naciones, esto traerá constantes peligros de deflación y menores tasas de retornos de las inversiones en lo general.

Pero hay algo que haya cambiado en realidad? Al fin de cuentas, la democracia nunca ha funcionado bien (W. Churchill dijo una vez: "el mejor argumento contra la democracia, es una conversación de cinco minutos con el votante promedio") y los gobiernos han sabido sobornar con transferencias a sus electores -para que éstos pasen por alto la corrupción-, con cierto grado de eficiencia, desde que el péndulo girara en su contra en los años setenta.

Constando la pregunta anterior, al parecer sí, algo lentamente ha cruzado un hito. El estancamiento de la clase trabajadora y el balance de poder y de riqueza de los grupos -definidos como se quiera-, de ricos versus pobres es aparentemente insostenible sin evitar el estallido. Unos lo han hecho ya y otros seguirán, pero el cambio es implacable. En ciertos eventos se nota el hilo conductor subyacente con toda claridad, en otros, parece un acto de odio y violencia sin sentido, pero el hilo sin embargo, está ahí. Los sucesos han estado dispersados en desorden a lo largo de las últimas décadas y con variables grados de intensidad e impacto y creo que así seguirán por décadas aún, todo parte de ese hilo vertebral, hasta que un cambio de actitud y de estrategia de la clase en el poder balancee las fuerzas.

En este punto, hay dos claridades de maridaje imposible: Es temerario ponerse totalmente en manos del pueblo para dirigir el destino económico de las naciones (prueba de ello, el evento Brexit) y, en contraposición, es urgente -so pena de revolución general- incluir a los pobladores en el diseño de ese destino, para que se lleven también una justa rebanada y que así mismo vigilen el tamaño de la porción tomada por los...

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