Todo por Ricky

AutorMariana Islas, Héctor Contreras y Lizeth Villegas

Aquel que se dice fan de Ricky Martin es capaz de dar todo por su ídolo, aunque sólo sea para verlo durante 35 minutos.

Ese fue el tiempo que ayer el boricua se plantó frente a sus fans en el Hotel Presidente Intercontinental, invitado por Mr. CD, Planeta FM y Sony Music, con la intención de presentar su nuevo disco, Almas del Silencio.

Desmañanarse para llegar a las afueras del hotel a la 1 de la madrugada, no comer durante la larga espera, aguantarse las ganas de ir al baño y mentir a los guardias de seguridad para ganar los primeros lugares en la fila, aunque se reciban abucheos, no es nada.

También se tiene que estar dispuesto a perder por robo la cámara, el CD de Ricky, los lentes de sol y un libro de Gabriel García Márquez de la mochila, porque incluso entre fans, hay manos ladronas.

Salir sudando y con la garganta adolorida del tumulto agolpado frente al cantante e incluso burlar la autoridad paterna para no perder la oportunidad de darse tremendo taco de ojo, son cosa de nada.

Estos y más sacrificios valieron la pena el mediodía de ayer para las poco más de mil almas reunidas en torno al intérprete de "Livin' la Vida Loca".

Se puede pensar que la espera fue lo más tedioso, pero entre mujeres, porque la mayoría ostentaban el sexo femenino en las largas filas que se hicieron en las inmediaciones del hotel, ahí sobre López Mateos, resultó fácil encontrar una buena plática y hablar de esto y aquello.

Eso sí, muchos de los automovilistas que por ahí conducían entorpecían el tráfico al ignorar la luz verde para averiguar por qué tanta gente formaba hileras en ese sitio.

Pero por Ricky, ¡todo! Con esa camisa blanca y los vaqueritos que vestía, ¡mmmmh! Las lonjitas que se le han atribuido ni siquiera se percibieron; las féminas enardecidas quedaron prácticamente hipnotizadas, absortas.

Y tal vez fueron las palabras del cantante las que elevaron la temperatura del lugar, o los corazones que rápido latían en los cuerpos asistentes, pero a nadie le importó sudar la gota gorda.

Las miradas bombardearon al boricua, quien se dio el lujo de responder un "gracias" a más de una cuando le gritaban: "Ricky, ¡te amo!".

A pesar de haber dado por concluida la breve convivencia, luego de que el ex Menudo contestara las preguntas lanzadas por los participantes al inscribirse en esta odisea, de que dijera que le hubiera gustado ser Einstein o de que confesara que no sabe si algún día formará una familia, la estrella se perdió al salir del ascensor que lo...

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