Ricardo Elias / Subir la barra

AutorRicardo Elias

Hace muchos años tuve una discusión con unos padres de familia de la escuela a la que asistían mis hijos, debido a una propuesta que estaban haciendo: eliminar los reconocimientos a los alumnos más destacados.

Sus argumentos eran que los diplomas (estrellitas, medallas, etcétera) provocaban en los niños que no los recibían sentimientos de inferioridad o minusvalía, y que los requisitos para obtenerlos sometían a los niños a presiones para competir con alumnos más capaces.

En otras palabras, lo que querían era reducir el nivel general de exigencia y desempeño para que sus querubines no se "frustraran".

Entiendo que los efectos de los premios e incentivos pueden ser poco duraderos, que a los hijos no se les educa como "perros pavlovianos" (sacar 10 = bicicleta nueva) y que la motivación para ser mejores debe provenir más del convencimiento y la responsabilidad que de las recompensas; pero era obvio que quienes pugnaban por eliminar los reconocimientos eran los padres de niños que simplemente eran más flojos, y no dedicaban el tiempo ni aplicaban la disciplina necesaria para hacer de sus hijos mejores alumnos.

Yo decía, y sigo diciendo, que en lugar bajar el nivel de exigencia general es mejor intentar subir el nivel de desempeño de los menos dotados o menos esforzados; que bajar el estándar (de una escuela, de una empresa o de la sociedad) desmotiva a todos los que se esfuerzan para cumplir con sus obligaciones; que si por decreto convertían los sietes en dieces o los cincos en sietes, lo único que lograrían es institucionalizar la mediocridad, la irresponsabilidad y la apatía.

Algo similar ocurre con las decisiones de gobierno proteccionistas o paternalistas que, debido ya sea a visiones equivocadas o intereses económicos y políticos, exigen a unos más que a otros, haciendo valer más los contubernios y compadrazgos que la calidad de los productos y servicios que se prestan.

Para mi sorpresa, hace unos días vi que una instancia de gobierno subirá estándares y elevará el nivel de exigencias a un gremio tradicionalmente protegido. Me refiero al gremio de taxistas.

Según la información publicada, y ante la disparidad de requisitos que exigen a las Empresas de Redes de Transporte (ERT) como Uber y otras, la Secretaría de Movilidad (Semov) dijo que modificará las normas para tratar de igualarlos: pedirán a los conductores de taxis convencionales tener un automóvil con bolsas de aire, aire acondicionado y cabeceras en los...

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