Ricardo Elias / Mundo mundial

AutorRicardo Elias

¡Bravo! Se acabó el Campeonato Mundial de Futbol. Podemos cambiar de tema.

Ya no es válido distraerse y seguir pensando en que "no fue penal" y especulando con lo que hubiera pasado si México hubiera aguantado sin que le metieran gol unos minutos más.

Y aunque hubiésemos tenido la oportunidad de jugar el famoso quinto partido, al final los placeres de sentir grandeza futbolera habrían terminado ya.

Vaya, hasta la selección de Alemania y sus ciudadanos habrán regresado ya a su realidad.

Pero bien contentos, dirán algunos.

Sí, contentos, pero sabiendo que la alegría de haber ganado un partido más, o el campeonato mismo, es efímera, y si no me creen pregúntenle a los españoles.

Pero antes de acabar por completo con "el Mundial", como todo mundo le llama, si les digo que el nuevo campeón no es Alemania sino Noruega, pensarán que no sé nada de futbol.

Y efectivamente no sé nada de futbol, pero sé que hay vida más allá de este deporte.

Noruega, gracias a una jugada de Magnus Carlsen ganó el Mundial, pero de ajedrez. Hay "mundiales" de otras disciplinas. Hay más mundos en este mundo mundial.

Por ello creo que decir que alguien es el mejor del mundo mundial no está mal dicho, siempre y cuando lo digamos asumiendo que hay muchos mundos: el del futbol, el del ajedrez, el de los negocios, el de las matemáticas, etcétera, y los que pudiera haber en otras galaxias.

Por lo tanto, si hay muchos mundos, decir que alguien es el mejor del mundo mundial equivale a decir que es el mejor del universo, una especie de ser supremo o Dios.

Me parece importante dimensionar lo que significa ser campeón del mundo en alguna disciplina. No es ser uno en un millón, como coloquialmente se dice, es ser uno en 7 mil millones.

Simplemente imagine que puedan ponerle enfrente a 7 mil millones de personas y nadie lo supere en su especialidad, así sea jugar canicas.

Por eso los campeones mundiales ganan lo que ganan, por eso los patrocinios que reciben y por eso el liderazgo social que ejercen.

Todo lo anterior sólo para demostrar que se puede cambiar de tema incluso a partir del mismo asunto, que todo puede ser visto desde distintos ángulos, y que esa variedad de perspectivas y opiniones son las que enriquecen la vida, las lecturas y las conversaciones, algo imposible para un fanático.

Winston Churchill decía que un fanático es una persona que no puede cambiar de modo de pensar y no puede cambiar de tema.

Con esta...

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