Ricardo Elias / El costo de la historia

AutorRicardo Elias

La demolición de una casa habitación construida en 1965 en la Colonia Chapalita, la conocida como Casa Aguilar, ha causado cierta polémica. Se trata de una obra de arquitectura moderna como muchas más que se construyeron en la Guadalajara de los años cincuenta y sesenta, una época no tan lejana para muchos de nosotros.

Algunos se refieren a este estilo arquitectónico como el de "Mauricio Garcés", en cuyas películas siempre aparecían grandes residencias de arquitectura similar.

Diversas personas y organizaciones vecinales pidieron a las autoridades impedir la demolición de esta finca, argumentando que con ello se modificaría el "paisaje urbano histórico" de la ciudad. Fue en vano.

Pero ¿qué es un paisaje urbano histórico? ¿En qué momento pasa una edificación a formar parte de la historia de un lugar, a los 20, 50, 100 o más años de haber sido construida? ¿Qué fincas tienen y cuáles no tienen valor histórico o arquitectónico que merezca ser preservado, y por lo tanto cuáles deben estar sujetas a limitaciones especiales, que afectan en muchos sentidos a sus propietarios?

La Carta de Venecia (de 1964), uno de los más importantes documentos elaborados hasta ahora para aplicar, a nivel mundial, principios normativos coherentes en cuanto a teoría y práctica del rescate, conservación y puesta en valor del patrimonio cultural de la humanidad, define en su primer artículo la noción de "monumento histórico", y que comprende tanto "la creación arquitectónica aislada, como el ambiente urbano o paisajístico que constituya el testimonio de una civilización particular, de una evolución significativa o de un acontecimiento histórico. Esta noción se aplica no sólo a grandes obras, sino también a obras modestas que con el tiempo hayan adquirido un significado cultural".

El ambiente urbano de la Colonia Chapalita, y en particular el de la calle Parque Juan Diego, y que sin duda hay que preservar, se debe no a la calidad de sus construcciones, las cuales en general son sencillas y sin mayor interés o relevancia arquitectónica, sino al gran arbolado de la colonia, al jardín frontal de las casas y a los materiales utilizados en sus fachadas. Este ambiente urbano tapatío quedará preservado mientras se respeten y mantengan estas características.

La Carta de Venecia y todas las consideraciones arquitectónicas, históricas y culturales utilizadas por las autoridades en la materia para definir y catalogar fincas de cierto valor histórico patrimonial...

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