Ricardo Elías / Competencia turística

AutorRicardo Elías

El crecimiento inmobiliario en Puerto Vallarta ha ocasionado que los hoteleros de ese destino turístico se comiencen a quejar.

Según los datos de la Asociación de Hoteles y Moteles de ese municipio, los desarrollos inmobiliarios han provocado una baja en la ocupación hotelera de 10 por ciento, ya que los visitantes que han comprado condominios y tiempos compartidos, en lugar de hospedarse en hoteles, obviamente utilizan las unidades que adquirieron.

Según el presidente de los hoteleros de Puerto Vallarta "es un espejismo pensar que el crecimiento del sector inmobiliario genera mayores ingresos al destino", afirmando también que "los visitantes siguen llegando, pero su derrama es inferior porque tienen tiempos compartidos, condominios propios" y que "el desarrollo inmobiliario no es negativo, siempre y cuando no rebase la oferta hotelera" (MURAL, 21 de febrero).

En mi opinión estas apreciaciones son equivocadas.

Si bien concuerdo en que la construcción de condominios y unidades de tiempo compartido pueden ser causa directa de alguna baja en la ocupación hotelera, eso no significa que no haya derrama económica ni beneficios al destino.

La derrama existe porque los turistas siguen llegando, lo que pasa es que los ingresos y utilidades derivadas del gasto cotidiano y de las inversiones de los compradores inmobiliarios simplemente se están yendo a otras personas y empresas distintas a los hoteles.

No me parece correcto inferir o sugerir que el Ayuntamiento debe frenar los proyectos inmobiliarios para evitar mayores bajas en la ocupación hotelera, o para que Puerto Vallarta tenga más cuartos de hotel que unidades inmobiliarias.

Tampoco se puede impedir que cada día mas personas elijan a Puerto Vallarta como lugar de residencia permanente y no sólo como un destino vacacional temporal.

Y si este destino crece como ciudad, obviamente habrá más unidades inmobiliarias que cuartos hoteleros.

En este país afortunadamente existe la libertad de empresa, y en un país libre y democrático como supuestamente somos, la actividad económica se rige por las leyes y por las fuerzas del mercado, de la oferta y la demanda, y no por las fuerzas del proteccionismo o de los intereses particulares.

El crecimiento inmobiliario se va a frenar cuando ya no haya suficientes compradores para todas las unidades que se construyan, conforme a los reglamentos, y no cuando los hoteleros lo soliciten.

Y si este "boom" inmobiliario se ha convertido en competencia a los hoteles, lo...

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