Ricardo Elias / Ciudadanos necios

AutorRicardo Elias

Releía las estrofas del famoso poema Redondillas de Sor Juana Inés de la Cruz que explica (¿o justifica?) la infidelidad o ligereza de algunas mujeres, culpando a los hombres necios por ello, cuando asocié la liviandad reclamada a las mujeres por los mismos hombres que las incitan, a la corrupción de los ciudadanos que la estimulan y participan de ella y luego por otro lado, muy dignos, exigen erradicarla.

Si en ese poema cambiamos los sujetos a los que Sor Juana hace referencia, para en lugar de hablar de hombres necios que incitan al mal y mujeres livianas que aceptan sus desvergonzadas propuestas, hablar de ciudadanos y políticos omisos o corruptos, que proponen y acceden a toda clase de acuerdos y transacciones ilegales, o que habiendo guardado silencio cómplice luego se acusan y reclaman entre sí, podemos ver una poética descripción de la dinámica de favores y contubernios que a diario vemos, y de los hipócritas "golpes de pecho" que políticos por un lado y ciudadanos por otro, nos damos al hablar de y reclamar la corrupción e impunidad a nuestro alrededor.

Así como Sor Juana en sus estrofas hace ver cómo los hombres tachan de ingratas a las mujeres recatadas que resisten sus incitaciones, o de ligeras, livianas o fáciles a las que finalmente acceden a ellas, si un político se niega a hacer un favor, el ciudadano desfavorecido invariablemente lo tachará de corrupto, pues la negativa sólo puede significar que quiere dinero.

En los términos de Sor Juana, el político difícil sería el ingrato, y el fácil el corrupto; el ciudadano sería el hombre necio que incita a la corrupción para luego de consumarla reclamar la indecencia y darse golpes de pecho.

Y visto del otro lado sería el político quien se pone difícil negando u obstaculizando lo que debe dar, proponiendo soluciones económicas por debajo de la mesa que de no aceptarse se convierten en amenazas y extorsiones, tachando él ahora de ingrato, al ciudadano recatado.

Habiendo hecha la anterior asociación de ideas me di a la tarea de adaptar las estrofas de este poema de Sor Juana al contexto de la corrupción imperante en México y la exculpación y justificación recíproca de corruptos y corruptores, de seducidos y seductores, cuando todos los días unos tratan de endulzar el oído del otro con palabras bonitas, promesas huecas para acceder al poder y convencerse mutuamente de aceptar relaciones ilegales y faltas de ética.

En respeto a la memoria de Sor Juana, y ante la imposibilidad de pedir...

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