Entre reyes y tumbas, en Campeche
| Autor | Analine Cedillo |
Fotos: Héctor García
Enviados
CAMPECHE.- El Fuerte de San Miguel, ejemplo de la arquitectura militar de esa zona, sirvió para defender el lado oeste de la ciudad de Campeche a lo largo del siglo 19.
En la actualidad el inmueble es la sede del Museo de Arqueología Maya, Fuerte de San Miguel. Ahí se exhiben colecciones proce-dentes de las tumbas de los señores divinos, como la de las máscaras funerarias hechas con jadeíta, halladas en la zona arqueológica de Calakmul, a cuatro horas en auto desde la capital.
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LA MORADA DEL JAGUAR
En la sala dedicada a la zona arqueológica de Calakmul, destaca la recreación de la tumba del rey maya Yuknoom Yich'aak K'ahk' o Zarpazo de Fuego, también conocido como Garra de Jaguar, quien gobernó entre los años 686 y 695 de nuestra era.
El entierro se halló en 1997, durante los trabajos de restauración de la Estructura 2 en Calakmul. La cueva o tumba donde estaba el rey simulaba una bóveda de cañón corrido, un espacio que tenía una suerte de techo arqueado, con un recubrimiento de lodo policromado. Esta era la primera vez que se encontraba esta forma de sepultura en América, antes de la llegada de los españoles, explica Wilberth Salas Pech guía de turistas de Campeche.
Junto con el cuerpo había cerca de siete kilos de jadeíta (mineral de color verde usado en la elaboración de joyería), varias piezas de cerámica y madera de chicozapote, lo cual se calcula que tiene mil 300 años de antigüedad. Todo se exhibe en el museo, tal y como se encontró, excepto el cuerpo y la mortaja que son réplicas.
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HUELLAS ISLEÑAS
La sala llamada "La casa en el agua" está dedicada a Jaina, una zona arqueológica localizada en una isla de apenas un kilómetro de longitud. En ella se exhiben piezas provenientes de la isla, donde se han encontrado más de mil entierros.
Por un tiempo se pensó que era una necrópolis, ahora se sabe que era un puerto", aclara Wilberth, guía turístico de la zona.
Se puede apreciar un cráneo con la típica deformación maya y una figurilla de cerámica, piezas utilizadas como ofrenda en los entierros por los grandes señores y la población local, las cuales datan del año 600 al 800 de nuestra era.
"Los cronistas como Fray Diego de Landa, del siglo 16, dicen que cuando nacían los niños les colocaban unas tablas en su cabeza y las deformaban como símbolo de belleza".
Antes de que los jeroglíficos se pudieran leer, destaca Wilberth, las piezas de Jaina brindaron gran cantidad de datos que permitieron...
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