El Rey que vivió bajo una maldición sexual

CIUDAD DE MÉXICO, octubre 11 (EL UNIVERSAL).- Muchos rumores invadieron durante mucho tiempo sobre la vida del rey Enrique IV, algunos que involucraban sobre sus preferencias sexuales y que mantenía relaciones con algunos nobles.

Lo cierto es que su vida estuvo envuelta de desgracias, quizá por la crueldad de la época y las exigencias de la monarquía; fue un esclavo hasta teniendo el poder, pues nunca pudo embarazar a la reina y dar un heredero al trono.

Enrique IV era hijo primogénito del rey de Castilla Juan II y hermano de Isabel, quien luego sería "La Católica".

Con apenas 5 años, su familia lo obligó a casarse para así, poder tener un hijo que heredara el trono.

Se decía que tal era la presión, que su esposa tuvo que decir en público que si no quedaba embarazada no era por culpa suya, sino por la de su marido, que la odiaba en los momentos íntimos y que sufría de disfunción eréctil.

Era tanta su desesperación por tener un hijo que acudió a todas las posibilidades: mandó a buscar cuernos de unicornio en África, bebió toda clase de brebajes y pócimas con supuestos efectos vigorizantes, peor sin ningún resultado.

Finalmente, el matrimonio fue declarado nulo porque nunca llegaron a acercarse a la fecundación en los tres primeros años de relación, que era el periodo mínimo exigido por la Iglesia: en mayo de 1453 un obispo aseguró que ese enlace no podía ser válido por culpa de un hechizo, de una "maldición sexual" que tristemente padecía Enrique.

Esta idea no era...

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