Revoluciona la arquitectura sacra

AutorGabriela Villegas

Un templo sin columnas, moderno, ajeno a la arquitectura barroca o neoclásica era inconcebible en los años 40.

Pero éste era el plan del ingeniero Armando Ravizé y el arquitecto Enrique de la Mora y Palomar en los planos del templo de la Basílica de la Purísima Concepción de Monterrey, destinado a venerar la imagen de la Virgen Chiquita, que data de 1680.

Su diseño basado en una estructura de cruz latina con bóvedas parabólicas a los costados revolucionó la arquitectura sacra. Tal fue su impacto que ganó el Premio Nacional de Arquitectura en 1946.

"Es la primera obra de carácter religioso que se construye rompiendo todos los antecedentes barrocos en las construcciones de las iglesias", explica Ricardo Mejía, restaurador de la empresa Restáurika.

El proyecto del templo, que sustituyó al anterior, construido en el siglo 19 y de estilo neoclásico, fue apoyado por el entonces Arzobispo Guillermo Tritschler y Córdova, e intelectuales como José Vasconcelos y Alfonso Reyes.

También empresarios de la época apoyaron con materiales y aportaciones monetarias, entre ellos Antonio L . Rodríguez, Bernardo Elosúa, José F. Muguerza y Rómulo Garza, indica el libro La Virgen Chiquita, del Padre Aureliano Tapia.

"Incluso hubo una campaña de boteo y se organizaron para pasar por todas las casas y pedir un centavo al día para que con eso se fuera aportando para la construcción del templo", dice Mejía.

Los esfuerzos se concretaron el 14 de febrero de 1946 cuando se coronó la...

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