Revolución culinaria

AutorAnalía Ferreyra

Paralelo a los vertiginosos avances en las cocinas de los chefs, se dan en el País cambios en el hogar y los restaurantes que se equiparan a una revolución culinaria.

Los avances tecnológicos del siglo 20, los medios de comunicación, la electricidad, los combustibles y el crecimiento de la Ciudad, cambian la cocina cotidiana y transforman sus tiempos.

Los viajes, las aperturas de fronteras, el neoliberalismo, la globalización y el internet traen a México costumbres, tradiciones y productos extranjeros que influyen en los hábitos alimenticios del mexicano, así como en la oferta que lo rodea.

Los numerosos inventos provocaron cambios definitivos en la cocina. Los electrodomésticos y la aparición de alimentos procesados (en polvo, congelados, enlatados), ayudan a simplificar técnicas y abrevian el tiempo de preparación de la comida, así como el número de idas al mercado, gracias al uso del refrigerador en los años 50.

Hacia la segunda década del siglo, los chinos abrieron sus cafés en los barrios, la influencia estadounidense comienza a penetrar en el mercado.

Al igual que las grandes capitales del mundo, la Ciudad tiene hoy una increíble oferta restaurantera, en cuanto a cocina mundial y mexicana, la cual ha sido influenciada, al igual que los hábitos alimenticios, por la variedad que la rodea.

De lo cotidiano...

El diario vivir

Los alimentos básicos que llegan a la mesa familiar cambiaron poco a poco a lo largo del siglo. Pasada la Revolución, la influencia estadounidense marcó los nuevos hábitos alimenticios. A partir de los años 20 las empresas trasnacionales comenzaron a aparecer en el País y es desde los años 50 que su influencia se intensifica.

Las conservas se convierten, en esta época, en una industria, también se acelera el crecimiento y desarrollo de la industria cervecera, gracias a incentivos fiscales. Anteriormente lo que se consumía era el pulque, pero cuando en 1925 se instala en la Capital la Cervecería Modelo, las pulquerías desaparecen y dan paso a las cantinas, que generalmente, a diferencia de las pulquerías, son establecimientos elegantes a los que sólo entraban los hombres a tomar un aperitivo y una botana.

Es en los años 30 y 40 que se sirven por primera vez productos industrializados de empresas estadounidenses y mexicanas en las mesas del País, como por ejemplo los Corn Flakes. A finales de los 50, siguiendo el auge de los alimentos industrializados, aparecen las golosinas y botanas con gran éxito de mercado. Quizá uno de los mayores cambios ocurridos fue la incorporación del refresco embotellado a la dieta, que en un principio fue rechazado, pero logró instaurarse dentro de los...

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