Reviven el caos vial

AutorCésar Díaz

NAUCALPAN.- Ayer no sólo culminaron las vacaciones para los menores de edad, sino también para los padres de familia, quienes desde muy temprano prepararon el lunch, cargaron las mochilas y emprendieron el caminito a la escuela en compañía de sus hijos.

Las calles que apenas el jueves aparecían vacías o con poca carga vehicular ante la inactividad de los colegios, ayer registraron un gran aforo de autos ávidos por llegar a tiempo el primer día de clases. Miles de padres de familia se aventuraron a las calles a lidiar entre ellos mismos en la carrera de llegar temprano, pues el primer día es importante.

"Hay muchísimo tráfico, muchos padres de familia venimos a dejar a nuestros hijos, creo que hace falta más personal de transito para que agilicen los semáforos ya que ahí se pierde mucho tiempo.

"Salí temprano de mi casa y aún así encontramos tráfico pesado; pero te vas acostumbrando, al paso de los años se vuelve una rutina", expresó Ingrid Sosa, quien lleva a su hijo al Colegio Cristóbal Colón.

En este Colegio, los padres de familia afirman que la falta de coordinación entre ellos y las autoridades escolares, quienes no colocan con oportunidad las listas de asignación de salones a los alumnos, generan el congestionamiento vial.

"Aquí no ponen la lista de los salones, por lo que el primer día los papás se tienen que estacionar y bajar con sus hijos a ver en que salón les tocó y dejar estacionados los autos en doble fila, obstaculizando la circulación.

"Si las listas las colocaran una semana antes, vendría uno a checarlas y el mismo día se traerían a los niños a la puerta del plantel y nada más, evitando los problemas de circulación; a ello súmale los niños que vienen nerviosos y que no se quieren bajar del coche, lo que complica más las cosas", explicó Jaime Aguerreberes, miembro de la Asociación de Padres de Familia del Colegio.

Y pese a que existe una comitiva de papás que dan vialidad a la calle de La Fayette, la falta de educación vial por parte de los conductores, ocasiona más problemas que los normales.

Los claxones al por mayor sonaron, miradas agresivas entre espejos retrovisores y laterales y algunas señas no amables también relucieron en la llegada de clases, mientras que los pequeños, como si fueran soldados, cargaban en sus espaldas retacadas mochilas, en la cintura el cilindro de agua y en la otra el almuerzo del recreo, mientras que a paso veloz buscaban su salón de clases.

"Es absurdo que los maestros pidan que este día se...

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