Revive su historia

AutorMaría Minero

Aunque la versión más conocida del pan de muerto es la redonda, la de Jalisco guarda la forma de un cuerpo humano yacente con brazos cruzados.

"Antes era común ver panes alargados con piernas y brazos a los que pintaban color magenta, sobre todo afuera de templos como La Merced y El Santuario o en la Plaza Juárez, donde ofrecían chocolate", resalta Silviano Hernández, presidente de la Sociedad de Geografía y Estadística de Jalisco.

"Así como se venden empanadas durante el Jueves Santo, el 1 y 2 de noviembre se disponían estos panes en un cajón afuera de templos centrales de la Ciudad", añade Hernández, autor del libro "Entre Adobes y Adobos Tapatíos".

El investigador de cultura popular Carlos Sandoval dice que el pan de muerto surgió tras la fusión de las festividades prehispánicas de los muertos y las tradiciones cristianas traídas por los españoles.

"Las tribus nahuatlacas elaboraban una ofrenda de sangre que mezclaban con semillas de amaranto, pero los colonizadores llegaron a quitar esas costumbres antropófagas", explica Hernández, quien tiene cerca de 54 libros publicados, varios sobre Jalisco.

En el Estado, el pan de Día de Muertos tomó forma de cuerpo, aunque actualmente ya sea difícil encontrarlo.

"Antes, en Jalisco los altares grandes no eran tan comunes, lo que se hacía durante el 1 y 2 de noviembre era poner en la sala la imagen de la persona fallecida, una veladora y flores. Después algunas familias preparaban estos panes y salían a venderlos", concluye.

PAN DE MUERTO DE JALISCO

4 PORCIONES

3 HORAS

15 gramos de levadura + 8 cucharadas de agua tibia + 550 gramos de harina + 250 gramos de azúcar +...

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