Revisan 'el ruido' de la violencia

AutorJorge Ricardo Nicolás

Escribir novelas es como volver a llenar un vaso de agua que se ha evaporado, dijo Juan Gabriel Vásquez (Bogotá, 1973), el escritor colombiano que ganó este año el Premio Alfaguara de Novela con El ruido de las cosas al caer. El vaso es la historia y el agua es la experiencia humana. Con el tiempo, la experiencia del individuo se evapora, y llegan las generalizaciones: mil personas asesinadas en la guerra contra el narco, 5 mil, 10 mil, 30 mil, los que asesinan y los que mueren, los que decidieron una guerra y los que mueren.

"El novelista vuelve a llenar la historia con el destino particular, con un sufrimiento particular, con los sufrimientos de un solo hombre". Lo dijo en México, ayer en el Claustro de Sor Juana, pero pudo haberlo dicho en Colombia de los años 80 y 90.

En la presentación de El ruido de las cosas al caer, un título que hace referencia a la caída de una avión pero también a la caída de los proyectos de vida de las personas que viven en medio de la violencia, Juan Villoro, Jorge Volpi, Sandra Lorenzano y Rosa Beltrán fueron de México a Colombia y al pasado y al presente para hablar sobre la violencia por el narcotráfico.

Porque de eso trata la obra premiada, de revisar las secuelas que la violencia dejó, de cómo transformó, en un nivel íntimo, en la forma de amar, de tener hijos, a los colombianos.

"Estamos ante la caja negra de la historia colombiana", señaló Villoro sobre la novela que empezó, quizá por el parecido, su promoción en México. Juan Villoro recordó la crónica "¿Adónde van dos hipopótamos tristes?", del colombiano José Alejandro Castaño: la historia de los últimos elefantes rosas que se escaparon del rancho del capo Pablo Escobar cuando éste había caído muerto.

En la última...

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