Revelan la 'verdad' de Sor Juana Inés

AutorYanireth Israde

A Sor Juana la pintan de colores falsos. Le ponen tonos llamativos, estridentes, la tildan de insumisa, mundana, altiva... pero esa no es la verdadera poeta de Nepantla, sostiene el ensayista y crítico literario Alejandro Soriano, quien se asume como un estudioso "disidente".

En La hora más bella de Sor Juana, su libro más reciente, presenta una imagen de la monja jerónima distinta y opuesta a la difundida por el Nobel Octavio Paz, quien entre otras cosas destacó el carácter rebelde de la autora de Primero Sueño.

"La Sor Juana de Paz", afirma, "está bien para leerse a la orilla de la alberca, con una piña colada, pero no resiste un análisis filológico serio".

"Soberbia, pagada de sí misma, altanera, capaz de sacrificar cualquier cosa por su poesía, sometida al final de su vida por un sistema político que parece un sistema comunista, así la describe Paz: una Sor Juana que no corresponde a los datos reales, incluso con ciertos toques de lesbianismo. No hay ninguna documentación que pruebe nada de eso", refiere sobre el ensayo Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe, publicado en 1982 por el poeta mexicano.

Según Soriano, galardonado en 1995 con el Premio Nacional de Ensayo Sor Juana Inés de la Cruz, la escritora nacida en 1651 no tuvo conflictos con la jerarquía eclesiástica novohispana ni fue obligada, por eso, a deshacerse de sus libros e instrumental científico pocos años antes de su muerte, ocurrida en 1695.

Fue la monja, humilde y caritativa, quien voluntariamente ofreció sus libros y utensilios de estudio para que se vendieran y, con el dinero obtenido, la iglesia repartiera limosna entre los necesitados, subraya en el libro que será presentado el 17 de abril en el Palacio Nacional.

Ésa fue la "hora más bella" de la Décima Musa, cuando antepuso su fe religiosa a la creación artística, añade en el volumen, una coedición del Conaculta y el Instituto Queretano de la Cultura y las Artes.

Soriano fundamenta su tesis en documentos que José Antonio Rodríguez Garrido encontró en la Biblioteca Nacional de Perú, con escasa difusión en México porque, a juicio del investigador, echan abajo los planteamientos de muchos sorjuanistas que han dicho lo contrario. "Por eso están callados", dice.

Defender esta faceta de la jerónima, capaz de relegar su afición a las letras "para dedicarse a amar a su esposo Jesucristo en los demás", le ha granjeado al especialista el desdén de instituciones, círculos académicos, coloquios y otros encuentros.

"Es...

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