Revelan de Tlaltecuhtli sus colores originales

AutorYanireth Israde

Entre las esculturas monumentales de la civilización mexica, como la Piedra del Sol o la Coyolxauhqui, el monolito de Tlaltecuhtli se distingue no sólo por su tamaño -es el mayor de todos- sino porque conserva plenamente sus colores originales: ocre, rojo, blanco, azul y negro.

Tras año y medio de limpieza, especialistas del INAH lograron recobrar los vívidos pigmentos que iluminaron la piedra, pero no ha sido fácil, porque prácticamente son polvos de color los que permanecen adheridos a ella. Los expertos incluso han evitado encender el ventilador del laboratorio donde trabajan, o abrir las ventanas, para impedir que éstos se dispersen en el aire.

El arqueólogo Leonardo López Luján y la restauradora María Barajas destacan que este riguroso proceso es acorde con la relevancia de Tlaltecuhtli, piedra de 12 toneladas hallada el 2 de octubre de 2006 en la antigua Casa de las Ajaracas, donde el INAH edificará un museo para exhibirla. (REFORMA 29/02/2009)

"Hay que pensar que esa obra la hizo un Fidias o un Miguel Ángel prehispánico, un gran artista. Y si tienes a tu cargo restaurar digamos la Capilla Sixtina o la Venus de Milo hay una gran responsabilidad. Eso implica que cada acción que tomes sea muy razonada, porque siempre existe el riesgo de que en vez de ayudar a la conservación del monumento puedas dañarlo", señala López Luján.

Desde el principio, relata Barajas, los restauradores -entonces a cargo de Virginia Pimentel- comenzaron a intervenir el monolito, que según los arqueólogos Eduardo Matos Moctezuma y López Luján sería lápida del rey Ahuízotl (1486-1502), cuyo sepulcro real aún no ha sido localizado para confirmar esa hipótesis.

Una vez desenterrado, fue necesario cubrirlo con lonas para que no lo afectara la luz del sol y su humedad se controló durante un año, pues un secado abrupto perjudicaría tanto a la piedra como sus pigmentos, predominantemente de origen mineral.

Hasta que secó por completo, el equipo de cuatro especialistas coordinados por Barajas emprendió la limpieza, retiró la capa de tierra sobre el monolito y pudo, paulatinamente, descubrir los delicados colores en la superficie.

Pronto culminarán las tareas de limpieza, al registrarse ya un avance de 95 por ciento.

Recuperar la policromía de la pieza permite aproximarse un poco más a los mexicas, quienes pintaban sus esculturas al igual que casi todas las civilizaciones de la antigüedad, como los egipcios, los griegos o los romanos, compara López Luján.

Pero la mayoría...

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