Revela Naranjo claves de su obra

AutorAlejandro Alvarado

GUADALAJARA.- Cada quien se baja el enojo como puede, algunos se comen un birote y otros cuentan hasta diez, pero para el caricaturista Rogelio Naranjo no hay mejor receta que dibujar a las personas que lo molestaron, envolverlos en un ambiente crítico y aderezarlos con el humor ácido y la sátira.

Naranjo es reconocido como un maestro del cartón político, medio en el que ha criticado desde al ex Presidente Gustavo Díaz Ordaz, a quien dibujó caminando sobre los féretros de estudiantes del movimiento de 1968, hasta a Felipe Calderón, a quien trazó en aprietos y escurriendo en sudor.

Hoy, el dibujante michoacano nacido en 1937 será homenajeado en la Feria Internacional del Libro con el Premio La Catrina, reconocimiento no sólo a su maestría en el cartón, sino a su dedicación a este oficio que trabaja desde la primaria.

"No se puede tener sólo la opinión (en la caricatura) y no tomar partido, no sentir las injusticias que se están cometiendo; al hacer los dibujos uno descarga ciertos resentimientos, rencor contra las cosas que nos parecen anacrónicas y de las cuales la política nunca se sale de eso", dice Naranjo, quien en 1977 ganó el Premio Nacional de Periodismo.

Sin embargo, para el caricaturista, el lápiz y papel no siempre fueron el antídoto para librar los corajes, también fue un pasatiempo en el que navegaba largas horas. Aún recuerda cuando en la primaria, sus "dibujos y monitos", como él los llamó, eran inspirados por las maestras y compañeros.

Fue alrededor de los 10 años de edad, cuando empezó a concebir a la caricatura como profesión para vivir, y bajo esa idea estudió dibujo de forma autodidacta. Historietas como El Príncipe y después los cartones de Rius, le sirvieron para sus clases.

"Después empecé a practicar mucho más el dibujo de historieta, empecé a salir semanalmente a donde había bailes, salones, cantinas y billares, y a hacer caricatura a la gente para practicar y cobrar", relata Naranjo, ganador del Primer Concurso Internacional de Caricatura Antiimperialista, en Nicaragua.

Ya en la juventud, Naranjo estudió Artes Plásticas y su trazo se dedicó mayormente al figurativo sobre el lienzo, pero fue el genocidio del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas, en 1968, lo que lo llevó a trabajar de lleno en la caricatura como una forma de expresión y crítica.

"El 68 fue un año para la formación de mucha gente que nos dedicamos posteriormente a analizar la...

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