Retrata ex presidiario el ambiente de la cárcel

AutorTania Gómez

Al principio, sus compañeros de cárcel lo agredían cuando dibujaba. Varias de las piezas que hizo durante los seis meses que permaneció en prisión están manchadas con agua o café. Finalmente, algunos de los presos habrían de pedirle asesoría en la técnica que permitió a Juan Quintero escapar de las rejas.

Anochecer en el Oriente. Testimonio de un beneficio inesperado es el título de la primera exposición individual del diseñador y artista plástico que reúne 60 dibujos a lápiz, enmarcados por barrotes, que muestran la vida cotidiana en la cárcel.

Un policía que golpea a un recluso, el precario interior de las celdas, presos tomando el sol, sentados en la biblioteca y jugando al ajedrez, o mujeres desnudas tras los barrotes, forman parte de las escenas que Quintero observó o imaginó durante su estancia en prisión.

Detenido en 1999 por posesión ilegal de una carabina 30/30, los dibujos que Quintero hizo en el reclusorio eran una fotografía de su entorno que le permitía reflejar su estado de ánimo.

La exposición, que se inaugura hoy al público en el Centro Cultural Ollin Yoliztli, plantea en su título un juego de palabras. "Anochece por el poniente, pero yo entré por el oriente a una zona oscura. A pesar de conocer las tinieblas y pasar los peores momentos de mi vida, obtuve beneficios porque al salir de la cárcel, mi percepción del ser humano cambió".

Antes de llegar al Reclusorio Oriente, afirma, sus creaciones eran más imaginativas, mientras que en prisión se volvió más realista. Autor de óleos, esculturas y serigrafías, Quintero asegura pertenecer a la corriente figurativa.

Tras estudiar...

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