Se retrasa vuelo del Águila a la Liguilla

CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 5 (EL UNIVERSAL).- La noche ha caído en Santa Úrsula. El América sigue ensimismado, dubitativo, con el ánimo sombrío. Estado que le impide cerrar de forma matemática su pase a la Liguilla. Regaló el empate al Puebla.

Rabia en Miguel Herrera, quien caminó en su área técnica nervioso, con la incertidumbre de no poder confirmar a su equipo como uno de los invitados a cuartos de final. Las Águilas llegaron a 27 puntos, pero con tres encuentros de Liga sin poder salir victoriosas.

Félix Micolta, con un cabezazo goleador, volvió a apagar la alegría azulcrema.

El duelo había empezado cómodo para los locales. Moisés Muñoz siguió empecinado en ser ídolo del americanismo. Importó poco si defiende una playera rival, el guardameta gusta de regalarle alegrías a los azulcrema.

Su ridículo en la portería le otorgó la ventaja parcial al América sobre el Puebla. Mateus Uribe se internó por el centro del campo y cerca de la media luna, envió un remate. Sí, sólido y con dirección al marco, pero a la posición del arquero. Moi, para volver a obtener el aplauso de la fanaticada emplumada, le puso las manos, de tal forma que se las dobló y el balón le pasó por debajo de las piernas. Gol. Pifia increíble para quien alguna vez peleó por ir a un Mundial con la selección mexicana.

Yerro que agradeció Miguel...

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