Retorna Gonaives a la vida normal

AutorAlberto Arméndariz

EL NORTE/ Enviado

GONAIVES.- Sin importarle las patrullas de rebeldes que recorren Gonaives en camionetas 4x4 con sus fusiles automáticos AK-47 asomándose por las ventanas, Jeanne Millefort salió ayer a hacer las compras al mercado de la calle Vené, como suele hacer todos los lunes.

"La situación ya está casi normal, no hay balaceras ni ataques de la Policía", comentó Millefort, de 66 años, mientras cargaba una bolsa de arroz, plátanos, berenjenas y los típicos tomates dulces de la provincia de Artibonite, donde se ubica Gonaives. Desde hace 11 días, esta ciudad, que fue donde se dio el grito de independencia hace 200 años, está tomada por los rebeldes del Frente de Libertad y Reconstrucción Nacional, que reclama la renuncia del Presidente Jean Bertrand Aristide.

Pero a la señora Millefort, que se pasea por el centro de Gonaives con una camisola florida, sandalias y tubos para rizar su blanca cabellera, no le interesan mucho los asuntos políticos. Ayer estaba indignada por cuestiones que afectaban su bolsillo: el precio de dos tomates pasó de 10 gourdes (25 centavos de dólar) la semana pasada al doble ayer.

"Y esto es culpa del Gobierno, que dificulta la llegada de alimentos", se queja mientras esquiva montañas de basura que se han acumulado frente las ruinas quemadas del cuartel de la Policía y la Alcaldía.

Al igual que la mayoría de los 200 mil habitantes de Gonaives, Millefort apoya a los insurgentes y está retomando su ritmo de vida normal en una ciudad tomada y que en cualquier momento puede ser atacada por la Policía nacional.

Decidida a convivir con su nuevo estatus de "ciudad libre", la gente de Gonaives salió ayer a hacer sus quehaceres diarios como si fuera un día normal.

El servicio telefónico dentro de la ciudad fue restaurado, aunque no se pueden hacer llamadas afuera, hay electricidad de 6 de la tarde a 6 de la mañana y, a falta de transporte público, dos destartalados autobuses escolares llevan a los residentes hasta las rutas de acceso de la ciudad, donde se instalaron dos retenes fuertemente custodiados.

Las improvisadas barricadas de rocas y neumáticos en llamas fueron reemplazadas por dos containers que bloquean el camino, aunque las motos y bicicletas que usan los pobladores pueden...

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